
El colegiado serbio del Portugal - Alemania se convirtió ayer en el centro de las iras de los jugadores lusos. Mirolad Mazic echó a Pepe por un rifi-rafe con Müller cuando el encuentro ya iba 2-0 a favor de los germanos, una expulsión que acabó de condenar a los de Cristiano Ronaldo hasta arrastrarles al 4-0 final.
Una sensación de impotencia que dejaron escapar muchos de los jugadores portuenses presentes sobre el césped del estadio de Salvador de Bahía donde, casualidades del fútbol, el pasado viernes España cayó 1-5 frente a Holanda.
Uno de los más indignados fue Raúl Meireles. El mediocampista del Fenerbahce, ex del Chelsea o el Liverpool entre otros, conocido por su aspecto y barba 'hipster' regaló al colegiado dos peinetas que el árbitro no advirtió porque fueron a su espalda.
Mientras Mazic hablaba con los alemanes, Meireles sacó a pasear sus dedos en un gesto que fue cazado por la realización brasileña y que le podría costar algún partido de sanción si finalmente la FIFA decide entrar de oficio ante el gesto del futbolista luso.