
La selección española ya está de vacaciones. Los internacionales llegaron ayer a Madrid (con susto por culpa de un rayo incluido) después de un largo vuelo procedente de Curitiba y con escala en Canarias. Un buen puñado de aficionados les esperaba a la salida pero los casi 400 seguidores que hicieron más de una hora de guardia en la Terminal 4 del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas no pudieron casi ni verles.
Sólo algunos consiguieron si quiera verles de lejos. Fueron aquellos que se apostaron a la salida del parking del pabellón para jefes de Estado y de Gobierno, el que usan los grandes equipos para evitar incidentes o aglomeraciones en el interior de las terminales.
Fuentes cercanas al combinado nacional se excusan explicando que jamás la Selección ha salido tras un viaje por el lugar por el que estaban esperando los aficionados.
Además, muchos de los jugadores que llegaron a Madrid (por no decir la mayoría) no se quedaron en la capital. Es decir, salieron rumbo a sus destinos de origen. En el caso de estos jugadores, se quedaron dentro de la terminal para hacer la conexión.
Sea como fuere, son muchas las voces que reclamaban algún tipo de medida o guiño de los jugadores y cuerpo técnico hacia los que quisieron transmitir sus ánimos a los jugadores pese a la mala actuación realizada en el Mundial.
Solo los 'afortunados' que se situaron cerca del parking lograron recibir algún saludo desde la lejanía, aunque ninguno se acercó para tener algún contacto con ellos, una actitud que indignó a la mayoría de los presentes y también a buena parte de la prensa deportiva que hoy critica el gesto de desprecio de los internacionales. También otros aficionados no han dudado en 'abrir fuego' contra los todavía vigentes campeones del mundo.