Brasil

Dani Alves o el agujero de Brasil

Alves se queja tras cometer una falta a un jugador de Chile | Reuters

Brasil empató ayer frente a México en un partido que deja tocados a los de Scolari. En primer lugar, porque pone algo más complicado la siguiente ronda. En segundo lugar, porque la imagen dada por los brasileños fue, de nuevo, impropia de los cinco veces campeones del mundo. Cierto es que Ochoa, el arquero rival, fue el mejor del partido, pero no menos cierto es que la pelota y el dominio sólo tuvo color visitante.

Un dominio que se escenificó en un buen puñado de oportunidades. La zaga de la 'Canarinha' lo supuestamente mejor del equipo anfitrión, falló y lo hizo, además, a lo grande. Una cadena de errores que protagonizaron todos sus miembros, pero que tuvo en Dani Alves sus carencias más graves.

El lateral del Barça acumula ya dos encuentros dejando patentes con Brasil las carencias que ya había enseñado este curso con los blaugrana.

Entre ellas destaca la facilidad con la que los rivales le cogen la espalda, ya no sólo por velocidad (que también) sino con los balones que le meten al costado cuando sube por su carril.

Y es que Alves, pese a los problemas mostrados este curso, pese a que su potencia física y capacidad de desborde ya no es la misma, insiste en seguir actuando como el lateral ofensivo que ya no es.

Ayer, frente a México, subió con gracia por el costado, pero sus balones en salida rápida solían acabar en robo para un cuadro, el centroamericano, que tenía bien aprendida la lección. La presión rápida permitía a los de Herrera coger siempre por sorpresa al culé y, a partir de ahí, forzar problemas en la cobertura que solía ejercer Thiago Silva.

Si el central salía, los extremos mexicanos (especialmente Guardado) descargaban el balón al centro para que sus mediocampistas probaran fortuna desde lejos. Si el del PSG permanecía en su posición, avanzaban hasta dentro del área para colgar la bola y buscar el remate de alguno de sus delanteros.

La tendencia ya se repitió en el primer partido, cuando Olic se convirtió en una pesadilla para Alves, incapaz de frenar la subidas directas del balcánico. De hecho fue un centro desde el costado de Alves el que provocó el primer gol del torneo, ése que se marcó en propia puerta Marcelo.

Pese a estas dos malas actuaciones, Scolari parece que seguirá confiando en Alves, algo que, por ahora, no está siendo garantía de buenos resultados para la defensa de Brasil.

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