
La convocatoria de la selección de Argentina ha traído mucha polémica. El centro del debate es Éver Banega, fuera de los 23 convocados al Mundial en la última criba de Alejandro Sabella, seleccionador argentino. Una decisión que ha provocado la indignación de Leo Messi y las lágrimas de Ángel Di María.
Tal y como publica Clarín, la decisión de Sabella ha caído como un obús en el vestuario de la albiceleste. Banega es uno de los mejores amigos de Messi y Di María, dos pesos pesados de la plantilla que no han encajado nada bien esta decisión.
El impacto fue tal que Messi ya ha confesado a su entorno que se siente decepcionado con el entrenador e incluso Ángel Di María acabó llorando junto a Banega en una de las habitaciones en la concentración tras conocerse la noticia de la ausencia del jugador de Newell's.
"Fisura emocional"
El diario argentino habla de "fisura emocional" en el vestuario argentino. No ha habido peleas ni enfrentamientos directos con el entrenador, pero el distanciamiento y la pérdida de confianza ya son un hecho. La forma en la que Banega se ha quedado fuera es lo que más daño ha hecho, no tanto la decisión futbolística.
En rueda de prensa, Sabella no o no quiso zanjar el debate y explicar la causa de su decisión: "No sé si Ever es el que más tiempo ha estado con nosotros. Hubo un momento en el que no estuvo porque ha tenido un accidente con el auto... Como fui jugador, sé lo que significa no ir al Mundial, pero no quisiera hacer un juicio de valor sobre qué caso me costó más".
Antes de su decisión, Sabella preguntó a sus allegados sobre la decisión de dejar fuera a Banega, que tenía más o menos pensada. La respuesta fue clara: que era muy atrevido si pensaba dejar fuera a un compañero de Messi. Ahora, tras la reacción del líder de Argentina y de Di María, ha comprobado que su entorno tenía razón.