
RBH Global es una firma de abogados y consultoría de empresas con presencia en diferentes ciudades de España y con una creciente actividad internacional. Para conocerla con más detalle hablamos con su Presidente Ejecutivo, Pablo Roberto Herrero, y con Natalia Gmyzina, Socia Directora del despacho en Barcelona.
¿Cuáles fueron los orígenes de RBH Global?
P.R.: La firma nació en León en el año 2001, por entonces con el nombre de Robher Asesores. Hoy en día tenemos presencia también en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Valladolid, Valencia, Zaragoza, A Coruña y en Lima (Perú). En conjunto, la empresa cuenta con un equipo formado por 70 personas con una media de edad muy joven (en torno a los 40 años) y tiene una facturación superior a los 2 millones de euros que la sitúa entre los líderes en el sector de asesoramiento a pymes así como entre los principales 80 despachos de España. Desde nuestro origen siempre hemos estado cerca del tejido empresarial local, colaborando con muchas de sus asociaciones y conociendo de primera mano cómo es la realidad de sus pymes. Posteriormente, con el crecimiento de nuestra firma, continuamos involucrándonos a nivel autonómico y de ahí al nacional, lo que nos permite conocer de primera mano distintas realidades empresariales y aplicar el know-how que hemos ido desarrollando para adaptarnos a las necesidades de la pyme del resto del país.
¿A qué responde el cambio de nombre?
P.R.: El cambio de marca se ha producido para reflejar de un modo más claro la vocación internacional del despacho. Desde hace algún tiempo tenemos una oficina en Perú que nos ha servido como puerta de entrada a Latinoamérica, pero no es la única acción que estamos llevando a cabo para crecer fuera de España. De hecho, tenemos previsto abrir una delegación en Rusia después del verano (está por ver si en San Petersburgo o en Moscú) y otra en Japón el próximo año.
¿Por qué esos dos países?
P.R.: Tradicionalmente, nuestro despacho se ha dirigido a una clientela formada por pymes de prácticamente cualquier sector, pero en los últimos años ha crecido mucho el número de inversores extranjeros que han llegado a España y que necesitan el asesoramiento y el apoyo de un despacho jurídico. En este sentido, el trabajo de Natalia es muy importante.
N.G.: El hecho de abrir en Rusia nos permitirá ofrecer ese asesoramiento a los inversores de este país antes de que lleguen a España. De alguna manera, queremos captar su atención para ofrecerles nuestros servicios y acompañarles en sus proyectos aquí. Por otro lado, estamos viendo que el mercado asiático está en constante crecimiento y Japón es un destino muy interesante para las empresas españolas. Rusia y Asia serán, en este sentido, dos de los ejes de crecimiento para RBH Global durante los próximos años.
¿Qué diferencia a RBH Global de sus competidores?
P.R.: Creo que una de las cosas que nos hace diferentes es la aproximación al cliente. Para que se haga una idea, no facturamos por horas como se acostumbra, sino que procuramos aportar valor y nos orientamos al éxito, cobrando un porcentaje del dinero que el cliente se ahorra gracias a nuestro asesoramiento, por ejemplo. Queremos ser un colaborador estrecho del cliente, que nos vea como una parte de su estructura. Esto hace que cada cliente sepa que estará siempre atendido por un profesional cualificado y con experiencia que le proporcionará un servicio de primera calidad.
¿Se traduce esa forma de trabajar en una clientela fiel?
P.R.: Sin duda. Esta es una profesión que se basa sobre todo en la confianza y tenemos muchos clientes que nos llegan recomendados por otros, especialmente en el ámbito internacional. Es una señal de que vamos por el buen camino. Por otro lado, que esa fidelidad se dé independientemente del precio es importante.
N.G.: No somos un despacho low cost y el servicio que prestamos tampoco lo es. Cubrir por completo todas las necesidades de asesoramiento legal de un cliente tiene un precio que, en nuestro caso, los clientes aprecian como de alto valor a un precio adecuado.
¿Se puede innovar en un sector como este?
P.R.: Siempre hay margen para la innovación pues, además de la velocidad de los cambios legislativos que debemos incorporar día a día, la digitalización es irremediable. En nuestro caso, este proceso de transformación digital nos ha dotado de las herramientas adecuadas para mejorar la comunicación con el cliente y los empleados, por ejemplo, o para gestionar el cada vez mayor volumen de información que manejamos.
¿También se innova en servicios?
P.R.: Ha habido novedades en los últimos años que han creado otras formas para interactuar con el cliente y nuevas necesidades, como puede ser el compliance o el Reglamento General de Protección de Datos, que es mucho más exigente que la ley anterior y que todas las empresas deben cumplir. Nosotros hemos predicado con el ejemplo y estamos certificados con la norma ISO/IEC 27001:2013 en Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información asociada a los servicios de asesoría fiscal, laboral, contable y jurídica, un certificado que complementa a nuestro sistema de gestión de la calidad, amparado en la norma ISO 9001:2015.
¿Cuáles son los retos de futuro del despacho?
N.G.: El reto pasa por crecer, pero queremos hacerlo de un modo controlado que nos permita mantener los estándares de calidad y servicio al cliente que nos han acompañado desde hace casi veinte años. Además de los proyectos de Latinoamérica, Rusia y Japón, estratégicos para nosotros, tenemos la intención de estar presentes en otras ciudades españolas para ofrecer a empresas y particulares el asesoramiento legal, fiscal, laboral y de internacionalización que necesitan y que venimos prestando hasta ahora.