Bolsa, mercados y cotizaciones

El 67% del mercado no ve más subidas sobre los niveles actuales en 2023

  • Aunque el fin de las subidas de tipos de interés esté cerca, el previsible recorte de beneficios va a imposibilitar que los distintos índices mundiales sigan la estela alcista

Cecilia Moya, Violeta N. Quiñonero
Madrid ,

Un año de paz y sosiego. Eso es lo que esperaban las bolsas de este 2023, tras un 2022 que dejó sus espaldas más que baldías. Sin embargo, las sorpresas se han ido sucediendo en estos primeros meses y el devenir bursátil está en manos de la evolución de diferentes frentes, como la inflación. Así lo creen los expertos consultados por este medio, con un 67% de los mismos menos optimista al considerar que la bolsa europea no terminará este año por encima de los niveles actuales, frente a otro 33% que sí que confía en que batirá los mismos.

Pedro Lacambra, jefe de Renta Variable de Ibercaja Gestión, argumenta que el tensionamiento de las medidas financieras y la reducción del crédito hace complicado terminar el año en niveles muy por encima de los actuales. "Ello, junto con la disminución de los ahorros del consumidor de cara a la recta final de año, pondrá un techo a los mercados. La diferencia entre la yield del crédito y la rentabilidad por dividendo de la bolsa (a favor de la primera) tampoco ayuda a la hora de atraer mayores flujos de inversión al mercado europeo de renta variable", indica.

Desde Trea ponen en el foco en la revisión a la baja de los beneficios para el segundo semestre del año: "Las expectativas de crecimiento estable en la Eurozona siguen impulsando los beneficios esperados para 2023 impulsados por viajes/ocio, comercio al por menor y tecnología. Este modelo de crecimiento es netamente inflacionista (servicios y ventas al por menor) vs inversión. Los beneficios empresariales creemos que se tienen que revisar a la baja (especialmente los de 2024) por lo que esperamos un ajuste de cara a la segunda mitad de año".

Giampaolo Buchicchio, director de Gestión de Carteras de MoraWealth, también se abona al no, aunque cree que el impulso podría llegar con el parón del alza de tipos: "Hay muchos vientos en contra (entre otros, inflación más resiliente del previsto, costes de financiación más altos y beneficios empresariales sujetos a probables correcciones), pero la futura pausa en la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, podría ser un catalizador importante para apoyar un avance bursátil", indica.

Por otro lado, Ignacio Albizuri, director de Mercados de MiraltaBank, sí que se muestra más optimista y cree que el mercado podría confiar en el Viejo Continente por la solidez de sus economías y la alta regulación. "Casi todo el mercado está sentado en fondos monetarios y en liquidez, lo que hace que el crédito que proporcione la banca se vea reducido y encarecido. La economía europea y global se está preparando para cambiar de ciclo y esto puede hacer que en un entorno de tipos estables, el mercado al completo se lance a tomar posiciones de largo plazo debido a un entorno económico a priori estable", argumenta.

Un contexto incierto

Para verter predicciones es necesario ordenar el contexto. Y remontándonos al inicio, las principales bolsas mundiales rompían todos los esquemas con un arranque de ejercicio que no se veía desde hacía mucho tiempo, al batir tan solo en enero todo lo esperado para el ejercicio -el Ibex registraba su mejor enero en 22 años-. A esto se sumaba que las políticas monetarias comenzaban a dar sus frutos y las inflaciones, aunque todavía elevadas, empezaban a dar cierta tregua. Y, tras uno de los peores años de pérdidas en la renta fija, la deuda regresaba al foco de los inversores pues volvía a ofrecer rentabilidades muy atractivas, tanto que incluso en España las colas para comprar Letras del Tesoro se alargaban durante horas. Todo ello, sin olvidar, la progresiva reapertura de la economía china que se vive desde finales del año pasado y que supone un soplo de aire fresco para muchas industrias -como el lujo europeo-.

Pero como manifiesta el proverbio chino, el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo. Así, la quiebra de un banco regional en Estados Unidos, Silicon Valley Bank, poco conocido en el resto del planeta, desató a comienzos del mes de marzo una eventual crisis financiera a nivel mundial que tuvo a Credit Suisse como la particular víctima en el Viejo Continente y en la que las bolsas sufrieron importantes desplomes. Tras alcanzar a comienzos de marzo máximos del año en los 9.511 puntos, el Ibex 35, uno de los más dañados por su alta exposición al sector bancario, se desploma más de un 7% en apenas una semana desde que SVB anunciase su liquidación el pasado 10 de marzo. Aunque lastrado por la temporada de resultados, desde el peor momento del mes pasado, el indice nacional ya recupera sobre un 6% de su valor. Las caídas en el EuroStoxx 50 no llegaron a alcanzar el 6% en este mismo periodo y, sin embargo, desde el suelo de marzo el selectivo continental llegó a avanzar más de un 9% hasta tocar máximos del ejercicio en los 4.408 puntos que devolvieron a su cotización a niveles de diciembre del 2007. El índice ya tiene puestas sus miras en los máximos pre-Lehman, en los 4.572 puntos de los que se encuentra a un 4,8% de distancia.

Las bolsas, sin embargo, no fueron las únicas afectadas por esta coyuntura. Los desplomes de los bancos llevaron también a una caída de las estimaciones del mercado sobre la política monetaria. En apenas tres días, desde el 10 de marzo, los pronósticos borraron hasta tres subidas esperadas para este ciclo tanto para la Reserva Federal Estadounidense como para el Banco Central Europeo y pasaron de situar el techo de los tipos en el 5,5% en Estados Unidos y el 4% en la eurozona, al 5% y en el 3,25%.

La sequía que está afectando a nivel mundial y que tantas portadas de medios de comunicación está acaparando también está teniendo en esta primera mitad del 2023 su propio impacto en los mercados. Las materias primas alimentarias, también conocidas como blandas, se colocan como las más alcistas del ejercicio y varias de ellas, como el jugo de naranja, el azúcar o el ganado vivo, no dejan de marcar máximos históricos en sus cotizaciones. El motivo: la continua sequía, especialmente la de Argentina, está provocando un retroceso de la producción y, por ende, un incremento de los precios. Desde el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ya recortaron este abril la producción mundial de cereales hasta en 3,5 millones de toneladas en relación con el informe de marzo y apuntan a una caída del 3% de la producción mundial.

Frente al buen hacer que muestran estas materias primas blandas, las energéticas presentan importantes desplomes durante este 2023, dominadas por el gas. El TTF holandés pierde desde que comenzó el ejercicio un cerca de un 50% y su cotización profundiza cada vez más sus mínimos. Su valor ya se sitúa por debajo de los 40 euros por megavatio/hora y se coloca en cotas que no tocaba desde julio de 2021. Pese a que en 2022 su cotización alcanzó máximos históricos en los 339 euros MW/h, finalmente cerró el año con caídas por encima del 12%.

Con este escenario, las principales bolsas mundiales aún se anotan avances a doble dígito en el ejercicio. Los índices del continente europeo lideran las subidas, con la bolsa parisina como la protagonista de Europa con ganancias que superan el 15%, gracias, especialmente, al avance de empresas de lujo como Hermès o LVMH, grandes beneficiadas de la reapertura china -su principal consumidor es el público asiático-. El EuroStoxx se anota una revalorización del 14,9%, el segundo selectivo que más se alza en 2023. El resto de bolsas logran impulsos por encima del 12%. Al otro lado del charco, el Nasdaq 100, apoyado por la bajada de las expectativas en la política monetaria y por los buenos resultados que las grandes tecnológicas están presentando hasta el momento, se hace con una revalorización del 20% desde el pasado 1 de enero -el selectivo más alcista del panorama mundial-, frente a las subidas del 8% que registra el S&P 500.

No solo los avances de las bolsas las convierten en atractivas oportunidades de inversión sino que, además, el Ibex cuenta actualmente con un descuento del 20% frente al Stoxx 600. El índice español se compra a un PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de 10,6 veces su beneficio estimado para 2023, según la previsión de Bloomberg, frente a las 13,28 del Stoxx 600. El motivo de este abaratamiento lo encuentra en el alza en la previsión de beneficios, y especialmente, en los pronósticos de la banca.

Con todo, el consenso de mercado que recoge Bloomberg no cree que los índices hayan agotado su potencial. De hecho, todavía ofrecen recorridos a doble dígito para los próximos doce meses, de entre los que destacan el Dax y el Ibex con potenciales alcistas del 16% en ambos casos. En la situación del índice nacional, con los 10.756 puntos que el consenso de analistas fija como precio objetivo, el selectivo superaría, tres años más tardes, los niveles previos a la pandemia definitivamente. En Wall Street, el S&P 500 y el Nasdaq 100 presentan recorridos al alza del 12%.

Ahora, la incógnita que se presenta es si las bolsas podrán mantener sus actuales niveles, si harán perdurar este sólido avance o si, por el contrario, retrocederán en la segunda parte del año, en un ciclo en que el temor a una recesión sigue pesando.

Próximos pasos

Con la vista puesta en lo que vendrá, el horizonte económico tampoco vierte mucha certidumbre, y será la evolución de los datos macro la que marcará los siguientes compases. En los próximos meses se concentran algunas de las citas que definirán los pasos a seguir y se tomarán decisiones que influyen directamente a los mercados. Sin olvidar que en bolsa europea habría que esperar para aplicar el conocido como sell in may and go away hasta junio para aprovechar el mayo de cosechas de dividendos.

El próximo martes, 3 de mayo, se conocerán los datos del IPC de abril. También esta semana, los días 3 y 4 de mayo, se reunirán la Reserva Federal y el Banco Central Europeo para seguir diseñando la hoja de ruta de la política monetaria. Para el BCE aún auguran tres subidas de tipos adicionales para este año, de 25 puntos básicos cada una, en las reuniones de mayo, julio y octubre hasta situar el techo en el 3,75%.

Al otro lado del charco, los datos del PIB del primer trimestre también marcarán el camino. El mercado descuenta una última subida de tipos, de 25 puntos básicos, por parte de la Fed en la próxima reunión y prevén que el organismo estadounidense realice una primera bajada en noviembre y una segunda en diciembre, ambas de 25 puntos básicos.

Casi dos semanas después, el 16 de mayo, se conocerán los datos del PIB de la Eurozona del primer trimestre del año, que también será estímulo o desánimo para los mercados dependiendo si la cifra está en línea con lo esperado, que apunta a un avance plano con respecto al último trimestre de 2022, según las previsiones.

El mes de junio también aglutina citas importantes, con la publicación, el primer día del mes, del IPC del mes de mayo, donde se volverá a medir la efectividad de la subida de los tipos de interés en pos de enfriar la economía. Del 26 al 28 de junio, Portugal acogerá su anual foro de banqueros centrales. Los máximos dirigentes se reunirán en Sintra, al oeste de Lisboa, donde se pondrá sobre la mesa la situación económica actual y se lanzarán previsiones para los meses venideros que también condicionarán el pulso de los mercados.