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¿Hasta dónde pueden caer los tipos de interés? El BCE pone cifra al temido 'reversal rate'

  • Bajar demasiado los tipos de interés puede tener un efecto nocivo para la economía
  • Los bancos intentarían consolidar posiciones y reducirían su apalancamiento
  • El crédito se contraería afectando a la demanda agregada y a la inflación
Christine Lagarde, presidenta del BCE. Reuters

Vicente Nieves

Una bajada de tipos de interés por parte del BCE parece casi descartada para la reunión de diciembre, sobre todo tras el discurso de Christine Lagarde (presidenta de la institución) en el foro anual de Sintra. La francesa recalcó que el BCE insistirá en las herramientas que se han venido usando este año (compra de activos y TLTROs). Sin embargo, el mercado sigue descontando, al menos, una bajada de tipos para 2021 pese a que estos se encuentran ya en territorio negativo. La pregunta es, ¿hasta dónde pueden caer los tipos de interés?

Los bancos centrales controlan los tipos de interés a corto plazo para intentar que la economía alcance cierta estabilidad de precios (inflación) y ayudar a que el crecimiento sea sostenible. Una bajada de tipos de interés busca estimular el crecimiento a través de la demanda y la inversión (el crédito es más barato para empresas, familias -cae el euríbor- y gobierno) y a su vez llevar a la inflación a su objetivo, cercano al 2% anual. Entonces, dada la situación actual (casi deflación y recesión), el BCE debería seguir bajando los tipos según la teoría, pero ¿puede una bajada de tipos de interés tener el efecto contrario? La sorprendente respuesta es sí: el temido 'reversal rate'.

Cuando el precio del dinero se encuentra en un nivel ya bajo y los bancos no están bien capitalizados, un tipo de interés todavía inferior (los tipos de interés son a la banca lo que el petróleo a las petroleras) puede afectar sobremanera a su rentabilidad y obligar al banco a consolidar su balance, buscando un punto de mayor equilibrio. La incapacidad, por ahora, de trasladar los tipos negativos a los clientes, está generando esta compleja situación que podría llevar a la banca a reducir el crédito para lograr un balance más equilibrado (menor apalancamiento). De modo que el efecto la bajada de tipos (llegados a ese nivel) sería contractivo en la economía. Este tipo de interés se conoce como 'reversal rate' o tipo de reversión y se encuentra cerca del -1%, según Matthieu Darracq Pariès, Christoffer Kok y Matthias Rottner, economistas del BCE.

En un trabajo publicado recientemente estos expertos muestran que "el riesgo de alcanzar el tipo de interés al que se revierte el impacto de la política monetaria depende de la capitalización del sector bancario.... El marco sugiere que el 'reversal rate' o tipo de interés de reversión se ubica en territorio negativo, cercano al -1% anual". Los autores del trabajo explican que en su modelo "la tasa de política monetaria se define como el tipo de interés de la facilidad de depósito (donde los bancos aparcan sus reservas o liquidez pura)". En estos momentos, la tasa sobre la facilidad de depósito se encuentra en el mínimo histórico del -0,5%, lo que todavía da algo de margen al BCE antes de alcanzar el temido 'reversal rate'.

Hay que tener en cuenta que no existe un solo tiempo de interés manejado por el banco central. El BCE controla directamente tres tipos de interés clave para adaptar las condiciones financieras a las necesidades de la economía. Por ello, una característica clave para comprender la amenaza potencial del 'reversal rate' o tipo de reversión es el comportamiento de los diferentes tipos de interés en la zona del euro y la relación entre ellos.

El tipo sobre la facilidad de deposito y el interés que pagan los bancos (depósitos) empezaron a despegarse en 2012

El tipo de la facilidad de depósito del BCE, que determina que reciben (a día de hoy pagan) los bancos por las reservas y el tipo medio de los depósitos que paga la banca a los hogares se han movido de forma conjunta durante gran parte de la existencia de la zona euro. Si el BCE subía el tipo con el que remuneraba a las reservas bancarias (facilidad de depósito), los bancos ofrecían un mayor interés a sus clientes. "En una jerga más técnica, hubo una transmisión (casi) perfecta de la política monetaria".

"Más tarde, estos dos tipos se desvincularon en cierta medida, y destaca el hecho de que el tipo que pagan los depósitos seguía siendo positivo en 2019 (las familias aún ganaban algo de interés en sus cuentas o depósitos), mientras que el tipo de la facilidad de depósito del BCE era negativo... En contraste con esto, el interés de los bonos soberanos, poniendo de ejemplo el bono alemán a un año, siguió de cerca el tipo de la facilidad de depósito del BCE. Esto sugiere que el rendimiento de los bonos soberanos y las reservas del banco central, que en conjunto constituyen alrededor del 25% de los activos de los bancos a finales de 2019, estaban por debajo del tipo de interés que la banca ofrece por sus depósitos a los clientes. Esto potencialmente debilita el balance y limita las bajadas de tipos de la política monetaria". Los tipos negativos generan riesgos en la economía.

De una forma llana, los bancos están 'pagando' por una parte importante de sus activos (reservas y parte de los bonos), mientras que también siguen pagando por los pasivos (depósitos, bonos emitidos por la entidad para financiarse...), el resultado es el desplome de la rentabilidad que se está viendo en la actualidad. Por ello, unos tipos de interés demasiado bajos y una política monetaria muy expansiva pueden tener un efecto nocivo sobre el crédito y la economía. Unos bancos mal capitalizados pueden terminar endureciendo los criterios para conceder crédito e intentar reducir su balance (vendiendo activos y reduciendo el crédito) para superar esta situación. El efecto de esta política sobre la economía sería contractiva, llegaría el 'reversal rate'.

De este modo, "una reducción de los tipos de interés en un entorno de tipos bajos solo tendrá un impacto modesto en el interés de los depósitos (de las familias/empresas) debido a la transmisión imperfecta. Por tanto, el impacto positivo sobre la demanda agregada es modesto. Al mismo tiempo, una reducción de la tasa lastra el rendimiento de los bonos soberanos que adquieren los bancos y reduce su patrimonio neto. Si este último canal es el dominante para la rentabilidad del sector bancario, el crédito se reduce a pesar de la relajación de la política monetaria. En consecuencia, el modelo determina el 'reversal rate' o tasa de interés de reversión".

No obstante, los expertos también señalan que un sector bancario bien capitalizado reduce de forma importante la probabilidad de alcanzar este punto, por ello hacen énfasis en la necesidad de fomentar las políticas macroprudenciales en el sistema financiero para incrementar su resistencia a estas situaciones.

Aunque aún no se ha llegado el temido 'reversal rate', el BCE parece dispuesto a apostar (por ahora) por otras herramientas como las inyecciones de liquidez a largo plazo o las compras de bonos, mientras que las bajadas de tipos parecen descartadas en el corto plazo. Raymond Torres, director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, da casi por descartada una nueva bajada de tipos: "No creo que baje la facilidad de depósito, porque penalizaría los márgenes. Más bien podría anunciar mayores estímulos mediante los TLTROs", explica en declaraciones a elEconomista.es