Bolsa, mercados y cotizaciones
El Ibex 35 'solo' recupera un 56% desde los mínimos de la crisis pese a los esfuerzos del BCE
Isabel Blanco, Víctor Blanco Moro
"No vemos soluciones a corto plazo, el BCE sería el único remedio". Es la preocupación que trasladaba una analista hace justo siete años. Y es la sensación que invadía el mercado ese 24 de julio de 2012 en el que el Ibex 35 perdía los 6.000 puntos, una barrera psicológica que lo llevaba a marcar los mínimos de la crisis financiera. El mercado se encomendó ciegamente al Banco Central Europeo (BCE), y no defraudó. Su presidente, Mario Draghi, dos días después pronunció la frase más recordada en su trayectoria en la institución, que concluye en octubre. Gracias a esa cita histórica, a la retórica de los años posteriores y a todos los estímulos inventados por el organismo europeo, el Ibex recupera un 56% desde entonces.
Las ganancias son de casi el doble, un 110%, si se le añaden los dividendos repartidos por las empresas. Pero no es un aniversario para celebraciones. Hace un año, la subida del Ibex era del 64%, ya que se encontraba en los 9.773 puntos, frente a los 9.281 actuales. La brecha abierta este año con el resto de Europa ante el castigo al sector financiero –los bancos retroceden de media un 2,9% en 2019– provoca que el balance de estos siete ejercicios sea más positivo en otros países.
Aunque aquella fecha supuso un punto de inflexión para toda la zona euro, no todos las bolsas europeas tocaron sus mínimos de la crisis en aquel 2012. No lo hicieron ni Francia ni Alemania, por ejemplo, ya que en ese momento la crisis –que derivó en una de deuda– se ensañó con especial crudeza con la periferia europea, a la que pasó a meterse en el mismo saco bajo el apelativo de PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglés). Para Portugal y Grecia tampoco fueron sus mínimos, porque ambas bolsas llegaron a marcar niveles inferiores en años posteriores. En Portugal, el PSI avanza solo un 16% desde aquel verano de 2012; en Italia, el Ftse Mib gana un 78% desde entonces; y en Grecia, el Ase rebota un 48%.
En el resto de la zona euro, la mayoría de los mínimos se registraron en 2009, pero, desde aquel día frenético en el que faltaban 48 horas para la reunión del BCE, el Dax –un índice en el que se incluyen los dividendos pagados– avanza un 95% y el Cac se revaloriza un 83%, mientras el principal índice de la zona euro, el EuroStoxx, sube un 64%.
Draghi volverá a hablar este jueves, solo un día antes del aniversario de sus famosas palabras que dieron pie a toda una artillería de medidas jamás empleadas en la economía del euro, y "es probable que siente las bases para nuevos estímulos monetarios en la primera reunión después del verano, el 12 de septiembre, ante una desaceleración más intensa y duradera de lo previsto con riesgos persistentes a la baja", señalan desde Renta 4. El mercado da por hecho que en septiembre rebajará de nuevo los tipos de la facilidad de depósito y que dará detalles sobre nuevas compras de deuda (el conocido como QE).
Los valores más bajistas y alcistas
La política expansiva continúa así siete años después. Con el perjuicio que supone para el sector financiero. En este periodo, Bankia, con su propia historia detrás, es el valor más bajista del Ibex, al caer un 94%, seguido de ArcerlorMittal, con un descenso del 42% y de Sabadell, con un 19,5%. CaixaBank y Santander solo suben un 4% y BBVA, un 10%. Pero no solo la banca y Arcelor caen. Otro de los pesos pesados del índice, Telefónica, pierde un 14,8%.
En estos años se han incorporado nuevas firmas al Ibex y precisamente algunas de ellas son las que más suben: MásMóvil (un 3.099%), Siemens Gamesa (un 1.656 %) y Colonial (un 515%). En total, son 19 las compañías que al menos ha duplicado su valor.
El papel de Mario Draghi en estos 7 años
En los siete años que han transcurrido desde que el Ibex tocó los mínimos de la crisis financiera, el trabajo del Banco Central Europeo (BCE), con Mario Draghi a la cabeza, ha sido especialmente intenso. El organismo se ha visto obligado a configurar nuevas formas de estímulo, desde bajadas de tipos, hasta medidas extraordinarias como los programas de compras de deuda que empezaron en 2013, y que ahora parece que se reeditará de cara al año que viene. Pocos meses después de aterrizar Draghi en el BCE a principios de 2012, el economista italiano tenía que lidiar con uno de los riesgos más graves que había atravesado la eurozona en su corta vida: la crisis de deuda. Fue entonces cuando el italiano dejó claro su carácter y que la ruptura del euro no iba a ser fácil mientras él estuviese en el cargo.
2012: "Haré lo que sea necesario"
El 26 de julio de 2012, la situación obliga a que Mario Draghi salga al rescate del euro y pronuncia el discurso por el que será recordado: "Haré lo que sea necesario para salvar al euro y créanme, será suficiente". Sus palabras fueron tranquilizaron a los mercados.
2014: Nuevos estímulos
Con la inflación en el 0,5% Draghi anuncia que inyectará nuevos estímulos. En septiembre la inflación es del 0,3%, y el italiano baja los tipos de interés hasta el 0,05% y la facilidad de depósito hasta el -0,20%, anunciando además compras de activos por parte del BCE (ABS y bonos garantizados) a partir del mes siguiente. El euro pierde los 1,30 dólares.
2015: El nacimiento del 'QE'
La persistente debilidad de la inflación (empezó 2015 con un crecimiento negativo que sólo se había visto durante la crisis de 2008) lleva al BCE a anunciar a principios de año un programa de compras de deuda similar a los que usaron Japón y EEUU.Anuncia compras de deuda por 60.000 millones al mes, y empieza a comprar en marzo.
2016: La 'artillería pesada' del BCE
La inflación vuelve al retroceder y el BCE reacciona bajando los tipos de interés de refinanciación hasta el 0%, nuevos mínimos históricos. Además, aumenta las compras de deuda hasta los 80.000 millones de euros mensuales, un nivel que no ha vuelto a alcanzar desde entonces.
2017: Camino a la normalidad
En marzo el BCE vuelve a comprar 60.000 millones al mes, evidenciando una mejora de la situación. En octubre, después de varios meses en los que la inflación crece por encima del 1,5%, Draghi anuncia el desmantelamiento progresivo del QE.
2018: Retraso en la subida de tipos
En junio, Draghi anuncia una reducción de las compras de bonos hasta 15.000 millones al mes a partir de septiembre, y el final del programa para final de año. Sin embargo, retrasa la subida de tipos hasta después del verano y deja claro que el BCE seguirá presente con sus estímulos. Es más, el BCE decide que seguirá reinvirtiendo los vencimientos de los títulos que ya tiene en balance.
2019: ¿Un nuevo recorte?
La ralentización en el crecimiento económico fuerza a Draghi a reconocer que ha habido un cambio. Las perspectivas cambian: ya no se espera una subida de tipos, sino una bajada, y nuevas compras de deuda que podría anunciar Draghi este mismo jueves.