Nueva York comenzó a prepararse este viernes para la posible llegada la semana próxima del huracán Sandy, un año después de salir casi ilesa del paso de Irene, que se había degradado a tormenta tropical en sus puertas.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, decidió declarar el "estado de emergencia" y activar todos los organismos bajo su autoridad para prepararse ante cualquier potencial impacto de Sandy, que dejó decenas de muertos tras pasar por Cuba, Haití y Jamaica.
Sandy se debilitaba el viernes al abandonar la isla Gran Abaco de Bahamas y seguir su ruta hacia el noreste amenazando la costa de Florida (sureste), con vientos máximos de 120 km/h, mientras se teme que se convierta en una violenta tempestad en el este de Estados Unidos.
El boletín de las 21H00 GMT del Centro Nacional de Huracanes (CNH), en Miami, indicó que Sandy se alejaba lentamente de Gran Abaco, de la que se encontraba a 100 km al norte, y se situaba a 670 km al sur-sureste de Charleston, en Carolina del Sur (sureste de Estados Unidos), desplazándose a 11 km/h.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, explicó que la ciudad ya estaba preparando refugios con provisiones en caso de que fuese necesario decidir evacuaciones por el huracán.
Sin embargo, Bloomberg no resolvió aún una evacuación obligatoria de ciertas zonas costeras, tal como se había efectuado en agosto de 2011 cuando 370.000 personas abandonaron sus hogares en forma preventiva en el sur de Manhattan.
"No tenemos idea si va a ser como Irene. Es una tormenta potencialmente peligrosa. Algunos pronósticos dicen que se va a debilitar, otros dicen que se va a reforzar, otros que va a golpear al sur o al norte de nosotros. En realidad nadie sabe", dijo Bloomberg el viernes en una conferencia de prensa.
"Si tenemos que cometer un error, preferimos cometerlo siendo precavidos. Esa es nuestra obligación. Estamos tratando de ser equilibrados, no preocupar a la gente con antelación. Pero el sentido común dice que debemos empezar a tomar precauciones", agregó.
Meteorólogos dijeron que el impacto de la ahora bautizada "Frankenstorm", por la cercanía del ciclón con la celebración de "Halloween" el miércoles en Estados Unidos, podría superar en fuerza y en extensión a Irene, que había dejado 47 muertos y pérdidas por 10.000 millones de dólares en el este del país.
Nueva York había salido casi ilesa de Irene, que había sido degradado a tormenta tropical poco antes de llegar sus costas.
Los efectos de Irene, que fue el primer huracán en amenazar a la ciudad desde Gloria en 1985, se hicieron sentir con potentes lluvias y fuertes ráfagas de viento, pero solo dejó inundaciones en calles y subsuelos y caídas de árboles.
En aquella oportunidad, muchos criticaron la evacuación preventiva como exagerada e incluso algunas personas, desafiantes, se negaron a abandonar sus hogares.
Bloomberg afirmó que una de las mayores preocupaciones de la alcaldía es precisamente que la gente se resista a ser evacuada y luego se encuentre en una situación de riesgo.
En el marco del trabajo de preparación coordinado en la ciudad, la autoridad de transporte público de Nueva York anunció el viernes que todas sus agencias había comenzado "preparaciones en caso de tormenta en orden de garantizar viajes seguros por toda la región".
En ese sentido, los trabajos de mantenimiento previstos el fin de semana en el metro fueron limitados.
El gobernador Cuomo instó a los neoyorquinos a "seguir de cerca el paso de la tormenta utilizando radios y televisiones locales e informaciones en internet".
En efecto, y como recordó Bloomberg, en 2011 Irene no había afectado demasiado a la ciudad de Nueva York pero había hecho estragos en otras partes de este Estado, que llega hasta la frontera con Canadá.