Medio ambiente

Nuestro viejo viajero Homo Erectus

Artefactos hechos por Homo erectus en la cueva china. FOTO: RUSSEL CIOCHON

Una nueva datación sugiere que este homínido ya colonizó el noreste asiático hace 1,3 millones de años. El primer fósil de este insigne antepasado nuestro no fue descubierto en Chou-k'ou-tien, sino en la isla de Indonesia, en Java, en 1892, y bautizado así por el antropólogo Eugene Dubois.

Uno de los sitios sagrados de la paleoantropología es una cueva cerca de Beijing, en China, conocida como cueva de Chou-k'ou-tien. Bien podría llamarse la cueva del tesoro de aquellos interesados en la evolución humana, pues, desde su descubrimiento en 1918, ha generado hallazgos en forma de fósiles y hachas de piedra de nuestro insigne antepasado, el Homo erectus, datados entre hace 400.000 y 600.000 años. ¡Nada menos que cincuenta individuos!

Ahora, un nuevo estudio, que ocupa la portada de la revista Nature, ha evaluado de nuevo la edad de los fósiles hasta concluir que los más antiguos tienen 780.000 años. Puede parecer trivial, pero el dato es importantísimo; pues demuestra que este homínido vivió entre periodos glaciares e interglaciares, y pudo aprovecharse de ello para extenderse aun más en su conquista del mundo. La datación fue realizada por el equipo del paleontólogo chino Guanjun Shen, de la Universidad Nanjin Normal en Nanjin.

Nos remontamos a los orígenes

¿Quien era Homo erectus? Podemos esbozar un rápido retrato-robot. El primer fósil de este insigne antepasado nuestro no fue descubierto en Chou-k'ou-tien, sino en la isla de Indonesia, en Java, en 1892, y bautizado así por el antropólogo Eugene Dubois. Se trataba de un homínido tosco. Hallazgos posteriores confirmaron que su rango cerebral en cuanto a tamaño oscilaba entre 650 y 1250 centímetros cúbicos, y una altura entre 1,45 y 1,80 metros.

El representante más antiguo se encuentra en África, y su origen es de hace casi dos millones de años. Lo más fascinante es que erectus fue el primer viajero de la humanidad; las sucesivas migraciones hacia Europa y Asia cristalizaron hace unos 1.75 millones de años con los ejemplares hallados en el yacimiento de Dmanisi, en Georgia, y 1,6 millones de años en la isla de Java. Aquí, en Indonesia, y de forma increíble, sobrevivió hasta hace unos 50.000 años, una época en la que la humanidad estaba representada por los neandertales en Europa, los primeros humanos modernos que compitieron con ellos, y los erectus. Indonesia es como un mundo perdido para los erectus. En el resto de Asia, en cambio, sin embargo, los últimos representantes se esfumaron hará unos 350.000 años.

Nuevos datos y el enigma del clima

La datación de los fósiles más antiguos de la cueva de Chou-k'ou-tien ha retrocedido la presencia de Homo erectus en China al menos 200.000 años. Si retrasamos este reloj evolutivo, lo que parece evidente es que ?la ocupación temprana del noreste de Asia empezó hace unos 1,3 millones de años, y que esa ocupación perduró hasta al menos 400.000 años, según los fósiles más jóvenes de H.erectus en Chou-k'ou-tien?, escribe en Nature Russell Ciochon, del departamento de Antropología de la Universidad de Iowa, en un comentario al trabajo de su colega chino.

Y desde el punto de vista climático, la presencia de este homínido durante tanto tiempo es un enigma. De alguna forma, H. erectus tuvo que adaptarse a los periodos más fríos y cálidos que se produjeron en el pleistoceno. Hubo diez ciclos glaciares e interglaciares en el noreste de China. Y algunos de ellos fueron muy extremos, particularmente hace unos 900.000 años, de acuerdo con Ciochon. Pero Homo erectus, una vez establecido en China, aguantó de maravilla estos ciclos. ¿Como obtuvo ventajas? ?Las llanuras y el campo abierto, como las extensiones de hierbas y las estepas mixtas, se expandieron durante los periodos glaciares?, sugiere este experto. Estos ambientes favorecieron a los animales que pastoreaban estas tierras, manadas de herbívoros entre cuyos depredadores estarían los Homo erectus.

Durante los periodos interglaciares, los campos abiertos quedarían inundados o sumergidos por el mar, trayendo un clima más húmedo, lo que disminuiría obviamente los mares de hierba y los extensos hábitats. A todo esto supo H.erectus adaptarse: un viajero con muchos recursos, sin duda.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky