
Madrid, 20 feb (EFE).- "Sobre la maternidad falta pensamiento a espuertas y tenemos la cabeza llena de prejuicios. Así dice, de sopetón,la escritora y periodista Nuria Labari, que acaba de publicar "La mejor madre del mundo", una novela, entre la ficción y el diario, sobre uno de los temas menos tratados por la literatura.
"Nuestra idea de la maternidad es medieval aunque esté en Facebook, WhatsApp o yuotube. Tenemos que actualizar el relato, llegar a la igualdad con los hombres, que haya democracia real o la gente no tendrá hijos. Hay que pensar todo esto porque la maternidad es la madre del cordero", explica a Efe Labari (Santander, 1979), autora de "Cosas que brillan cuando estás rotas", una novela sobre el 11-M y el dolor.
Aquí en "La mejor madre del mundo" (Penguin Random House), Labari que dedica el libro "al corazón femenino de todos los hombres", toma como protagonista a una mujer de 35 años que no puede tener hijos, cuando le persigue la idea de ser madre, un deseo que se le mete en el cuerpo "como un cáncer".
Después de costosos tratamientos y de dar a luz a dos hijas, cinco años después, ésta mujer se propone un reto, a vida o muerte, entre ser la escritora que fue y la madre en que se ha convertido.
Y parece que en ese combate gana la escritora porque Labari, que ha trufado esta historia con algunas de sus experiencias, supera la biografía de la protagonista que quita el velo a estereotipos y convierte este texto, cargado de humanidad, dudas, humor, remordimientos e imperfecciones, en una historia universal sobre la maternidad.
"Un libro -dice- que no me gustaría que leyera ni mi madre, ni mis hijas, mi marido, sí, no me importa, pero ellas no", sostiene con pudor la escritora de este volumen que es fuente reflexión con frases que no dejan indiferente a nadie: "No creo que pueda ser artista y escribir como una madre, crear como una madre y crear como mujer" y "La maternidad es un futuro sin empuñadura imposible agarrarlo sin clavarlo".
O "La maternidad no está exenta de ideología", "A veces creo que hemos convertido la maternidad en cómplice de la mediocridad". Labari da la vuelta a frases estereotipadas como: "Lo entenderás si fueses madre" o "la mejor creación de una mujer serán sus hijos, la mejor realización su maternidad".
"Cuando me fui documentando sobre la maternidad, me di cuenta de que no había libros sobre el tema y sobre el sentido identitario del asunto. Sí hay libros de hijos e hijas; pero no de la madre. Lo dijo hasta la psicoanalista Helene Deutsch ya por los 60: 'las madres no escriben están escritas', y creo que escribirlo como un viaje de conocimiento es necesario, porque es un tema de identidad colectiva", argumenta.
En opinión de Labari, llevamos "siglos, milenios, viendo lo que la cultura ha hecho con nuestra biología, y eso en este momento está saltando por los aires".
"Mi generación de mujeres es la primera de las bicéfalas, y espero que se la última, porque tenemos una cabeza para ser madre y otra para ser hombre, llevar un carrito y trabajar a tope, y necesitamos que ellos sean también bicéfalos con una cabeza construida hacia nosotras. Es un dolor social, hay que llegar a la igualdad", recalca.
"Un mundo donde se ha dado un genocidio de lo femenino, es un mundo que se extingue y ellos deben entender o no deben ser ignorantes sobre la necesidad de tener una educación social y política profunda, que se necesita un viaje de conocimiento sobre la maternidad", concluye.
Carmen Sigüenza.