Típica estampa de playa: El mar, gente bronceándose, castillos de arena y chiringuitos. Aunque en una cala barcelonesa ha lanzado una nueva iniciativa: la biblioplaya. Aquí, en vez de granizados, sólo se ofrecen préstamos de libros para aquellos que se les ha olvidado la novela en casa.
Los que no saben estarse quietos en la toalla son los que más utilizan este servicio, que ya lleva funcionando varios veranos y que año tras año, repite éxito.
La biblioplaya ofrece libros, periódicos y cuentos. Este servicio estará abierto hasta finales de septiembre. A partir de entonces, habrá que volver a las bibliotecas de siempre. Más silenciosas, pero menos refrescantes.