
El artista Miguel Ríos ha reconocido que el momento más duro de su vida fue su paso por la cárcel en 1972 por el consumo de marihuana: "Fue un momento culminante, porque un día te encuentras metido en el sitio al que el franquismo llevaba a la gente que cometía delitos, una especie de mazmorra medieval para la que no estaba preparado ni psíquica ni intelectualmente".
Así lo ha afirmado en la presentación de sus memorias, Cosas que siempre quise contarte (Planeta): "Allí te trataban como si no fueras nadie, no importaba que media España estuvira pendiente de ti. Perdías toda tu dignidad e identidad. Fue muy duro", recuerda. Ese peso que arrastró durante mucho tiempo tuvo que convivir con la responsabilidad de ser un "héroe cotidiano": la exigencia del rock 'n' roll, ese modo de vida en el que Miguel Ríos militaba desde la adolescencia.
Ríos, que lleva dos años retirado, admite que dejar la profesión le ha dado "vértigo" y que, tal y como cuenta en este libro, la decisión de abandonar se debe a no querer aparecer caricaturizado en el escenario. "Quizás ya me había visto así en algún concierto", confiesa.