
"Dos horas matando rusos" dan para mucho. Y, si no, que le pregunten a Arturo Pérez-Reverte. El escritor pasó la tarde del domingo dando "matarile como a quinientos ruskis". "Sin despeinarme", bromea en Twitter. El autor de la saga de Alatriste llega incluso a afirmar que a su lado "Chuck Norris era una nenaza".
Obviamente, el académico de la Lengua habla de ficción y no de realidad, pero es que Call of Duty 3 "está francamente bien".
"Hasta dolor de cabeza, me ha dado. La tensión. La escabechina bolchevique", apunta el literato.
Este excorresponsal de guerra acaba de cumplir 60 años pero aún disfruta protagonizando aventuras, aunque sea a través del mando de una consola. "Con fusil de asalto, con lanzagranadas y con ametralladora", con lo que sea.
La partida de Pérez-Reverte se fue complicando a medida que crecía su ira. "'Fuego amigo', decían las nenezas. Y tenía que empezar desde el principio la fase", cuenta con pena que le reclamaban sus compañeros de armas virtuales. Sin embargo, el alter ego digital de Pérez-Reverte no dudaba en disparar. "O se mata o no se mata, diablos. Mucho blandito es lo que hay", resume.
El escritor disfrutó del videojuego, eso está claro. Incluso aún a sabiendas de que los internautas y los medios de comunicación estaban atentos a sus progresos: "Ya imagino mañana el diario Público y los oportunistas frívolos de internet: 'Pérez-Reverte mata rusos, y encima se ríe'", señaló con acidez el autor, antes del "descanso del guerrero".
Antes de 1994, cuando pasó a dedicarse por completo a la pluma, Pérez-Reverte cubrió como reportero los conflictos bélicos de Eritrea, Chad, El Salvador, Nicaragua, las Malvinas o la guerra de Bosnia.