
Ismael García, diputado opositor venezolano, hizo pública recientemente una conversación con el objeto de denunciar la intromisión de Cuba en los asuntos internos de Venezuela. Es un diálogo entre Aramis Palacios, teniente coronel del servicio de inteligencia cubano, G2, y Mario Silva, periodista venezolano. Se informa sobre supuestas rencillas políticas y corrupción en el régimen. La "ilegitimidad" de Maduro
Según García, la grabación es en realidad un informe para el presidente cubano Raúl Castro, "quien orienta y dirige la política de este país". Hubo igualmente revelaciones de corrupción política y económica.
La conversación desvela asimismo una hipotética conspiración militar del titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, contra el presidente Nicolás Maduro.
Es conocida la rivalidad entre Maduro y Cabello. La "unión incondicional" entre ambos fue una de las últimas consignas de Hugo Chávez. De cara al exterior el oficialismo la ha seguido al pie de la letra. Pero abrazos y elogios mutuos ya no engañan a nadie. Su lucha por el poder es una realidad.
Es verosímil que la filtración haya sido obra de Cabello, que de alguna forma se lo habría pasado a alguien de la oposición. Si bien él no sale bien parado, sale ganando al lado de la imagen que da Maduro.
Un gobierno débil suele recurrir a las denuncias de conspiración internacional. El Gobierno de Maduro es un caso paradigmático. Con una estrecha victoria electoral -impugnada por la oposición-, la sociedad dividida, altísimos índices de inseguridad y una grave crisis económica las filas del chavismo se agrietan.
Maduro afirmó que "han tomado al presidente de la Asamblea como objetivo para destruirlo...". Implicó en ese empeño a Colombia, donde fue recibido su rival en las elecciones, Henrique Capriles.
Niegan las acusaciones
El ministro de Defensa, Diego Molero, negó las acusaciones, desmentidas también de inmediato por las demás autoridades. Cabello es un exteniente que participó junto a Chávez en el fallido golpe de Estado en 1992. Controla varios cuerpos de seguridad del Estado y se presume que cuenta con el apoyo militar.
Nunca ha sido el chavista favorito de La Habana. Quizá por esta razón recientemente fue a reunirse con los Castro. La carga de la dictadura cubana es muy onerosa. Venezuela, su principal aliado político, comercial y económico, suministra a la isla más de 100.000 barriles diarios de petróleo con facilidades de pago.
Como parte de diversos acuerdos bilaterales más de 45.000 médicos cubanos y técnicos de salud, educación, deportes y asesores en diversos planes sociales prestan sus servicios en Venezuela.
Problemas económicos
El crecimiento económico se resintió en el primer trimestre ante una caída de las importaciones y el retroceso en sectores como la construcción que se habían expandido el último año gracias al gasto público. Venezuela devaluó el 31,7% su moneda a mediados de febrero.
Maduro está sumido en una espiral de problemas y adversidades que no puede -ni sabe- resolver. Afirma que muchos sectores venezolanos padecen una "ninfomanía" por el dólar. Asegura que se vive una "guerra económica con la derecha fascista", en medio de rumores de una devaluación del bolívar negados por el Gobierno.
Busca la manera de entregar divisas para solucionar los problemas de escasez -cuyo índice alcanzó un 20,3%- y desabastecimiento. Al mismo tiempo piensa en medidas para equilibrar la economía afectada por la desaceleración y una alta inflación que en mayo se aceleró al 6,1% impulsada por el alza de los alimentos y un aumento salarial. La incompetencia de Maduro se manifiesta en que no se han detallado acciones ni existe calendario alguno de implementación.
Valor del bolívar
De momento se ha decidido incorporar un nuevo sistema -complementario- de divisas. Caracas tendrá tres mercados para su moneda: el oficial, el complementario y el paralelo. El objetivo del sistema de cambio complementario sería "suavizar la penalización sobre la compra de divisas en el mercado paralelo, la cual conduce a un desabastecimiento extremo".
Sin embargo, se multiplica el caos y la confusión administrativa. Nadie va a saber exactamente cuál será el valor del bolívar.
Otro problema añadido es la inexistente independencia judicial en Venezuela. Durante los 14 años de chavismo no se han designado jueces titulares, por lo que el 80% de los designados mantiene una condición de jueces provisionales.
El sistema mantiene en el limbo la situación profesional de muchos magistrados. Esta situación bloquea e impide la producción de sentencias y decisiones judiciales que vayan en contra de la voluntad del Ejecutivo.