El ministro de Economía, Martín Lousteau, ha ratificado hoy que el gobierno no dará marcha atrás con las llamadas retenciones que gravan las exportaciones de granos, pese a que la confirmación de la medida ayer por parte de la presidenta Crsitina Fernández provocó manifestaciones y cacerolazos en varias ciudades argentinas.
"Si no hubiera retenciones, habría sectores que directamente no podrían comer. Y, en rigor, lo que votó la gente (por las elecciones presidenciales de octubre último) es un proyecto de inclusión", aseveró Lousteau, quien hace dos semanas anunció un aumento en la alícuota de los impuestos a las exportaciones de soja y girasol.
Y es que la noche de este martes (madrugada del miércoles en España), Buenos Aires ha vuelto a cubrirse de un sonido que no se escuchaba tan fuerte desde la catástrofe institucional de 2001, cuando el presidente Fernándo de la Rúa tuvo que huir en helicóptero de la Casa Rosada.
Primera cacerolada
Miles de personas se han lanzado a las calles de la capital con cacerolas y cucharas, hasta llegar incluso hasta la residencia presidencial de Olivos, para protestar contra Cristina Fernández, que por la tarde se dirigió a la nación por televisión para explicar la posición de su Gobierno respecto a la huelga del sector agrario, que la presidenta calificó de "paro de la abundancia", informa Jorge Marirrodriga. Los canales más importantes de televisión, excepto América, han silenciado la protesta en un principio.
Las palabras de Kirchner, que se refirió al conflicto como "paso de comedia", fueron como una chispa en un barril de pólvora y casi de inmediato, de manera espontánea, millares de personas en diferentes barrios de la ciudad se echaron a las calles para mostrar su indignación, mientras otros secundaban la cacerolada desde sus balcones y algunos cortaban el tráfico.
Como respuesta, el líder de los piqueteros afines a Kirchner, el peronista Luis d'Elía, ha movilizado a varias columnas de sus seguidores en los alrededores de la plaza de Mayo, donde se había concentrado el grueso de la protesta. En la avenida de Mayo, a unos cientos de metros de la plaza de Mayo y de la Casa de Gobierno, los piqueteros se han enfrentado con la multitud de manifestantes con intención de expulsarla de la plaza y los vecinos han decidido desalojar la zona para evitar choques mayores.
Una masiva protesta
La masiva protesta se ha repetido en otras ciudades. Los productores agropecuarios, congregados en carreteras de distintos puntos del país para seguir las palabras de la presidenta en directo por televisión, estallaron también enseguida con cacerolazos y bocinazos en zonas agropecuarias clave, además de cortes en las carreteras, bloqueos y piquetes.
La cacerolada, o cacerolazo, se hizo popular en Argentina como forma de protesta durante el colapso económico y político de finales de 2001 y parte de 2002. La última vez que se había registrado un "cacerolazo" en Buenos Aires fue en marzo del pasado año, cuando miles de vecinos salieron a las calles indignados para protestar por un gigantesco apagón que se prolongó durante más de 24 horas.