
Cristina Fernández Kirchner, presidenta de Argentina, continúa en silencio ante la presión internacional que se le ha echado encima esta semana ante su proyecto de nacionalizar YPF Repsol. La complicación se sumó a que debía abordar una importante entrevista con Obama durante la Cumbre de las Américas. El veredicto: Kirchner pasó el trago con mucho más estilo que Chávez.
Está claro que la presidenta de Argentina y su homólogo venezolano poco tienen que ver. Pero en esta ocasión, ante la Cumbre de las Américas, se daba la circunstancia de que Cristina Fernández de Kirchner sería recibida con más cariño por parte de los presidentes de Venezuela y Bolivia tras su proyecto de nacionalizar la empresa de capital español YPF Repsol, en la sintonía de los gobiernos de estos países latinoamericanos.
Kirchner ha convertido el silencio en su arma fundamental, y sigue sin pronunciar palabra sobre la crisis con España, aunque el ministro de Industria, José Manuel Soria, ya aseguraba este sábado que la situación estaba "encauzada".
Una reunión problemática
El mayor problema de Kirchner lo suponía una muy esperada cita con el presidente de EEUU, Barack Obama, que ella había solicitado a la Casa Blanca desde hace meses y que por fin se produciría en Cartagena de Indias, con motivo de la Cumbre de las Américas. Llegó en el peor momento, pero Kirchner ha pasado el trago con estilo. Desde luego, mucho mejor de lo que lo hubieran hecho Hugo Chávez o Evo Morales. Después de todo, presentarse ante Obama con un proyecto de nacionalización de una empresa no es la situación ideal para crear un ambiente de sintonía entre mandatarios.
El encuentro fue tenso, pero el saber estar de Kirchner y el talante de Obama lo salvaron del desastre. La crisis con España aparte, el principal problema entre ambos países radica en la decisión de Barack Obama de retirar las preferencias comerciales a Argentina tras el impago de indemnizaciones a dos empresas de EEUU dictaminadas por un tribunal.
La reunión finalizó con la voluntad expresada por Obama, según recoge el diario El País, de "seguir siendo amigos y socios de Argentina" a pesar de reconocer algunas "diferencias ocasionales". Del lado de Cristina Fernández de Kirchner, silencio, una vez más.