La presidenta Cristina Kirchner, 58 años, anunció este martes que se postulará a la reelección en los comicios del 23 de octubre en Argentina, poniendo fin a meses de especulaciones sobre su estado anímico y físico tras la muerte de su esposo, el exmandatario Néstor Kirchner.
"Vamos a someternos una vez más, como lo hicimos siempre" (a la voluntad popular), dijo la mandataria, al anunciar su candidatura, a cuatro días de terminarse el plazo para la presentación de los candidatos y cuando todos los sondeos la consideran favorita.
Vestida de riguroso luto como lo hace desde el 27 de octubre del año pasado cuando murió el expresidente Kirchner (2003/2007), la mandataria anunció su postulación durante un acto en la Casa Rosada (gobierno) para el lanzamiento de un plan "Televisión para todos" de promoción de la televisión digital en todo el país.
"Mi compromiso es irrenunciable e irrevocable", dijo en el discurso transmitido por la cadena nacional y expresó su esperanza de "ser un puente entre las nuevas y viejas generaciones".
Kirchner se presentará por el Frente para la Victoria, un ala socialdemócrata del peronismo y su principal adversario será el diputado Ricardo Alfonsín, candidato por un frente liderado por la Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata), la segunda fuerza parlamentaria.
"Nunca dudé de que se fuera a presentar ni creí que estuviera en duda. Si no hubiera sido ella, se generarían muchos problemas internos en el Frente para la Victoria por la sucesión", dijo Alfonsín tras escuchar el anuncio pero pronosticó una derrota oficialista en los comicios.
"Todavía tenemos a la presidenta por arriba de 40 puntos, ganando en primera vuelta", dijo tras el anuncio el analista Fabián Perechodnik de la consultora Poliarquía al canal de noticias C5N.
Su popularidad se asienta en el vigor de la economía que crece a un ritmo del 7-8% anual en promedio desde hace ocho años, pero la oposición no ha cesado de denunciar escándalos de corrupción con supuesto enriquecimiento ilícito de algunos funcionarios.
La presidenta impulsó con fuerza la integración regional en el Mercosur y mantuvo el apartamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero la oposición le reprocha una presunta manipulación de las estadísticas, en particular la de inflación.
Goza del apoyo de la influyente central obrera Confederación General del Trabajo, algunos de cuyos líderes están acusados de administración fraudulenta y actos de violencia.
La organización de los multitudinarios festejos por el Bicentenario en mayo de 2010 impactó a la sociedad argentina, aunque su paso triunfal se alteró este mes cuando estalló una grave denuncia por fraude de un exapoderado de una de sus compañeras de ruta, Hebe de Bonafini, líder de la entidad humanitaria Madres de Plaza de Mayo.
"Siempre supe lo que tenía que hacer", aseguró la presidenta y agregó que "siempre he tenido una alta responsabilidad política, histórica y personal".
"Además de presidenta, soy mujer y soy mamá, ¡qué no se lo olvide nadie!", advirtió y desestimó versiones que se tejieron ante su tardanza en confirmar la postulación, que se atribuyó tanto a una supuesta debilidad emocional por el duelo como a presuntos problemas de salud, que desmintió.
Recordó que inició su carrera como parlamentaria al final de los 80 en la patagónica Santa Cruz, la provincia natal de su esposo y donde el matrimonio Kirchner forjó toda su carrera política.
Cristina Kirchner que termina su mandato con una imagen positiva de cerca del 60%, según la analista Doris Capurro, llegó al gobierno en octubre de 2007 cuando sucedió a su esposo, al obtener en primera vuelta el 45,2% de los votos, casi el doble de su escolta, la liberalcristiana Elisa Carrió.
Durante su gobierno, se sancionaron las leyes de Servicios Audiovisuales, que limita los oligopolios de la televisión, y la de Matrimonio Igualitario, que autoriza al casamiento entre personas del mismo sexo.
En 2008, un prolongado conflicto con el sector agrario por el intento de implantar retenciones móviles a las exportaciones de soja en un país productor mundial de alimentos, puso en jaque al gobierno e hizo caer su popularidad e imagen positiva a 29% de la población.
El peor momento de su gobierno quedó evidenciado en las elecciones parlamentarias de 2009, cuando el oficialismo con una lista encabezada por Néstor Kirchner perdió en las urnas la hegemonía en el Congreso.