Baile de cifras de víctimas, inseguridad en las calles e incertidumbre personal marcan Haití un mes después de la tragedia. Pero ahora aparece una nueva preocupación. La caída de lluvias aisladas sobre Puerto Príncipe ha evidenciado hoy viernes, un mes después del terremoto, la apremiante necesidad de levantar refugios seguros para casi un millón de personas que viven en la calle desde la catástrofe.
Las precipitaciones de agua llegaron de madrugada y desataron el temor en la población que vive en zonas como Petion Ville, Champ de Mars, entre otras, con gente corriendo en todas direcciones en busca de un techo bajo el que guarecerse. Ha sido como un adelanto de lo que ocurrirá en unos meses, cuando las lluvias se vuelvan frecuentes, si antes no se consigue albergar a la población afectada, que sigue viviendo bajo carpas improvisadas a base de sábanas, lonas y cubiertas de plástico sujetas con palos.
"El próximo mes sólo hablaremos de lluvia. Necesitamos que los haitianos tengan refugios que realmente protejan contra la lluvia. Están aumentando considerablemente las infecciones respiratorias", ha indicado en Ginebra Lizzi Babister, consejera de refugiados de la organización CARE International en Haití.
Desacuerdo entre Preval y la UE sobre los refugios
Los haitianos que hoy han sido sorprendidos por el aguacero han criticado la falta de solución a este problema durante una protesta espontánea. "Es el Estado el que debe de ocuparse de nosotros", han afirmado algunas personas que participaron en la protesta, mientras otras han asegurado no tener "nada, ni siquiera un plástico para poner en el suelo".
Ante esta situación, la ONU y el Gobierno haitiano han pedido el envío de tiendas de campaña al país, donde se estima que hay unas 10.000, según una fuente del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Además, una fuente del Gobierno ha asegurado que la comunidad internacional ha prometido 50.000 carpas.
En Bruselas, la Comisión Europea ha considerado que "la estrategia más apropiada" para hacer frente a la situación consiste en disponer de chapas metálicas para construir refugios urgentes. Para el Ejecutivo comunitario, no es necesario el envío de más tiendas de campaña, dado que unas 45.000 van de camino. La Unión Europea ha anunciado, además, que prepara el envío de una misión militar a Haití para construir refugios para la población.
Desde la oposición política haitiana, la secretaria general de la Unión de los Demócratas Nacional Progresistas (RDNP), Mirlande Manigat, ha alertado de que la cólera y la frustración pueden originar una "explosión social", en relación con la situación de la gente en la calle. "Cada vez que paso cerca de una carpa tengo vergüenza de ver a haitianos como yo vivir en esta situación", ha asegurado la dirigente, quien ha abogado por hacer funerales dignos para las víctimas y se ha mostrado incómoda por la presencia de tropas extranjeras para gestionar la ayuda humanitaria.
Los alimentos, el otro gran problema
Junto a los refugios y a la seguridad -otra de las preocupaciones de las autoridades-, la distribución de alimentos sigue concentrando la atención tras la tragedia, que ya se ha cobrado 217.000 vidas, sin contar los miles de muertos que se encuentran aún bajo los escombros, según fuentes oficiales.
Una fuente gubernamental ha indicado que desde el 31 de enero se distribuyeron 5.200 toneladas de comida a 1.200.000 personas, y avanzado que el ministro de Agricultura, Joanas Gue, presentará mañana un programa de producción de alimentos en Roma, donde se reunirá con representantes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Además, el gobierno estudia la posibilidad de distribuir comida en las proximidades de escuelas que fueron destruidas para facilitar el acceso de mayor número de personas a los alimentos. Sin embargo, el PMA ha indicado que, aunque la distribución de alimentos ha mejorado, muchos afectados no han recibido asistencia. Hasta el momento, el PMA ha distribuido comida a 1,6 millones de víctimas del terremoto y espera asistir a otro millón en los próximos diez días.
Una jornada en blanco y negro
Mientras, el Gobierno ha anunciado una serie de actos para conmemorar hoy viernes el primer mes de la tragedia con una jornada de luto nacional que se inscribe en el mes duelo declarado hasta el 17 de febrero.
El ministro del Interior, Paul Antoine Bien Aime, ha asegurado que habrá ceremonias en la capital y en otros puntos, e invitado a la población a vestirse de negro y blanco en esta jornada, que incluirá también actividades socioculturales, con la participación de artistas, en zonas afectadas. Según el ministro, es necesario "celebrar en consenso el día nacional de luto".