Radiografía de los últimos 70 años de educación en España

Una de las instituciones académicas a distancia (en su nacimiento el sistema se conocía como educación por correspondencia) con más solera en España, celebra este año su 70 aniversario. Se trata de la empresa CCC, pionera en la impartición de cursos de formación a distancia en nuestro país, que nació allá por 1939 de la mano de Víctor Zabala en la ciudad de San Sebastián con el nombre de Academia CCC (Cursos de Comercio por Correspondencia). Muy pronto dio el salto a los cursos de idiomas con los revolucionarios discos fonográficos, una auténtica convulsión en la educación de la época, ya que ante la escasez de profesores especializados y la precariedad económica del país tras una guerra civil, los discos permitían a los alumnos escuchar la pronunciación y practicar los idiomas.

Para celebrar este 70 cumpleaños, CCC ha realizado un estudio en el que se analizan estas siete décadas de la sociedad española a través de la formación así como las tendencias actuales y futuras del sector. A lo largo de estos años, la empresa ha ido adaptándose a las necesidades formativas de la sociedad, y ha impartido cursos de hasta 274 profesiones distintas.

De aquellos discos fonográficos para aprender idiomas, ha ido incorporando a su metodología todos los avances técnicos que fueron surgiendo en estos años, como cassetes, vídeos, CD, DVD, mp3, etc., y actualmente la web 2.0 y los servicios interactivos (facebook, flickr, second life, campus online, CCCtv, youtube, etc.).

La oferta formativa también ha ido cambiado, adaptándose a las demandas e intereses de la sociedad y los estudiantes en cada época: oficios, nuevas tecnologías, profesiones emergentes, idiomas, música, actividades deportivas y de ocio, terapias alternativas, sanidad, etc.

En esta evolución histórica cabe destacar el cambio de la situación de las mujeres, que en los años 40 tenían sus propios cursos fémina, dedicados a aprender corte y confección, para poco a poco irse formando en otros ámbitos como la peluquería, secretariado o puericultura en la década de los 70 y 80 hasta el momento actual, en el que estudian cursos de todo tipo e incluso superan en número a los hombres (52 por ciento de mujeres frente al 48 por ciento de hombres) y que en el área sanitaria suponen el 91,5 por ciento.

En la actualidad el objetivo prioritario de CCC es centrarse en la atención al alumno, algo que ha hecho posible el acceso casi universal a las nuevas tecnologías. Para ello pone a disposición de su alumnado herramientas como el denominado Campus online, donde el alumno puede realizar los ejercicios online, contactar con su tutor, profesor y con otros compañeros del curso, y acceder a material complementario para su estudio.

En los cursos de idiomas, además, dispone del audio-chat para practicar la pronunciación, y se van a incorporar clases virtuales en las que el alumno podrá escuchar y ver a su profesor en tiempo real a través de la pantalla de su ordenador. Y todo sin olvidar la comunicación personal a través del teléfono, email y mensajería web.

Informe del CEU

Este estudio retrospectivo de CCC se acompaña de otro informe titulado Análisis sobre la Sociedad y la Enseñanza en España en los últimos 70 años, del profesor Alonso Muñoz Pérez, de la Universidad San Pablo CEU, que comienza con una profunda mirada a la negra década de los 40, con un país que, lastrado económicamente, es un país donde la educación se resiente.

Sin embargo, el interés por parte de las nuevas instituciones estatales en la enseñanza es muy temprano. Sin haber concluido la guerra civil se aprueba una ley de Bachillerato (1938), a la que seguirán la de Universidades (1943), Primaria (1945) y Formación profesional (1949).

En la década siguiente, el número de alumnos crece, pasando de 110 alumnos por mil habitantes en 1932 a 131 en 1956. El decenio 1956-1966 es decisivo, ya que se experimenta un crecimiento anual del número de inscritos en el sistema muy superior a la de la década anterior.

Esto llevará hacia un modelo de crecimiento de la enseñanza formal estatal con un leve aumento porcentual de la enseñanza de iniciativa social (el 26 por ciento de las escuelas son privadas en 1960 frente al 23 por ciento en 1950). En 1955, además, el ministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez y Cortés aprueba el Decreto por el que se regulan los Centros Privados de Enseñanza por Correspondencia.

A diferencia de las décadas anteriores, en los años 60 se optará por un modelo de crecimiento y urbanización que tendrá como consecuencia una mayor demanda de formación. Al irse formando una amplia clase media, ésta demandará una mayor preparación, bien para ascender en su estatus social, bien por posibilidad y deseo de recibir enseñanza. Es en estos años donde se empiezan a generalizar los bienes de consumo y la presencia turística extranjera en España. La paulatina apertura del país le dará también la posibilidad de una mayor atención a la pedagogía, creándose al final del decenio los Institutos de Ciencias de la Educación.

Una década más tarde, se promueve una gran reforma educativa (Ley General de Educación, Ley Villar de 1970), con la que se pretende salir al paso de los problemas planteados por el cambio económico y social de España en los treinta últimos años. También aparece la Universidad a distancia (la Uned, 1972), y un Instituto de Bachillerato a Distancia (Inbad, 1975) y el propio de carácter básico (Cenebad, 1979).

Más tarde se promueve la reforma universitaria (1983), la ley reguladora del Derecho a la Educación (1985) y finalmente la Logse en 1990. Los años 80 conocerán todavía un importante aumento del alumnado y particularmente la extensión cuantitativa de la enseñanza universitaria a amplias capas de la población. El porcentaje de alumnos que estudian en centros privados disminuye (en Bachillerato se pasa del 43,66 por ciento en 1976 a 31,09 por ciento en 1986).

Información y conocimiento

Los años 90 serán los años de llegada de la sociedad de la información y el conocimiento, en un constante crecimiento del porcentaje de población que estudia en itinerarios oficiales o libres.

Por último, la primera década de este siglo XXI, a juicio del autor, está marcada por dos factores: por un lado, un crecimiento generalizado de la población adulta que estudia (mientras que en la zona de los 25 países de la Unión Europea la población adulta que estudia ha crecido un 2,94 por ciento entre 2002 y 2007, en España lo ha hecho un 11,34 por ciento), y por otra, el crecimiento de la enseñanza de iniciativa social (no estatal) en un marco muy regulado. Así, en el ámbito universitario, la población se ha reducido un 1,6 por ciento entre 2001 y 2007 (de 1.525.989 a 1.410.440 alumnos), pero las universidades de titularidad social no sólo no han disminuido sus matriculados, sino que los han incrementado en un 3,1 por ciento en el mismo periodo (mientras que las estatales han perdido un 2 por ciento de sus matriculados).

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