Global

EEUU: Los inmigrantes demuestran su peso en la economía con un boicot

Cientos de miles de inmigrantes en su mayoría hispanos se ausentan hoy de sus trabajos y se manifestarán en distintas ciudades de Estados Unidos, utilizando su influencia en la economía local para reivindicar sus derechos.

Cientos de restaurantes, fábricas y otros negocios estuvieron cerrados. Los proyectos de construcción fueron interrumpidos, los niños se quedaron en casa y grandes multitudes salieron a las calles en lo que los organizadores bautizaron como "un día sin inmigrantes".

Las multitudes de latinos marcharon cantando "¡Sí, se puede!" y golpeando tambores, mientras hacían ondear banderas en su mayoría estadounidenses.

En contra de la criminalización de los ilegales
Las manifestaciones abarcaron desde los campos de lechuga de California hasta las calles de Los Angeles y Chicago.

El objetivo común era lograr que el Congreso estadounidense reconozca los derechos de una estimación de alrededor de 12 millones de inmigrantes ilegales, y descartar una propuesta que convertiría en criminales a ellos y a todo aquel que los ayude.

"Lo que las marchas han hecho es dar un rostro humano al tema de la inmigración en Estado Unidos hoy. Y hasta ahora todo se desarrolló en paz", dijo Harry Pachon, profesor de políticas públicas en la Universidad de Southern California.

"El volumen de las manifestaciones, el número de personas que han salido en diferentes ciudades de Estados Unidos, es un tema nacional", agregó.

Marchas multitudinarias
La policía de Los Angeles estimó una multitud de hasta 250.000 personas durante una manifestación por la tarde frente a la Alcaldía, y de 400.000 en una posterior en La Brea Tar Pits.

"Hoy decimos con una sola voz que queremos una reforma migratoria bipartidaria justa y sensible", dijo Antonio Villaraigosa, alcalde de Los Angeles. Hijo de un inmigrante mexicano, él mismo ha hecho campaña desde hace tiempo a favor de la legalización de los inmigrantes ilegales.

El impacto económico del boicot no estaba claro y algunos legisladores y grupos conservadores predijeron una reacción negativa.

Legisladores republicanos de Arizona -el estado fronterizo con mayor flujo de ingreso de inmigrantes ilegales- solicitaron una ofensiva de 100 millones de dólares, incluyendo el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en la frontera con México.

Tom Tancredo, líder del partido Republicano en la Cámara de Representantes, dijo que las movilizaciones generarían una reacción negativa en los estadounidenses.

Una "celebración" para los inmigrantes
Las últimas encuestas mostraron que sólo el 30 por ciento de los estadounidenses defienden leyes más duras contra los ilegales, mientras que la mayoría, como el presidente George W. Bush, desean un programa de trabajadores temporales combinado con un mejor cumplimiento de la ley.

En Los Angeles, familias enteras, muchas con bebés en brazos, portaban pancartas donde se leía: "Hoy marchamos, mañana votamos", y bailaban con la música de bandas mariachis.

"Es una celebración de los inmigrantes. No es sólo una protesta o un boicot", dijo el cardenal de Los Angeles Roger Mahony, que instó a los obispos a desobedecer las leyes que criminalizan a aquellos que ayuden a los inmigrantes ilegales.

En Chicago, más de 300.000 personas marcharon, ondeando banderas y empujando los carritos de sus bebés. Otras protestas se registraron en Denver, Houston, y San Francisco, y miles se volcaron a las calles de México en solidaridad con sus compatriotas en Estados Unidos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky