El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, defendió este domingo el futuro del G8, el grupo de los países más industrializados, frente el G20 (al que se suman los países emergentes) y confirmó un plan de apoyo a la economía italiana.
"A partir del 1 de enero, tendremos la presidencia del G8, que no ha sido borrado por el G20. En realidad, ciertos problemas deben ser discutidos por países cuyas democracias están consolidadas, mientras que otros países, que forman parte del G20, están aún en el camino hacia la democracia", justificó Berlusconi.
El líder italiano hizo estas declaraciones en una intervención telefónica dirigida a los participantes de un congreso político cercano a su partido, tras regresar de Washington, donde participó en la cumbre extraordinaria del G20 en la que se analizó la actual crisis financiera mundial.
Berlusconi respondía así a las opiniones publicada por el diario La Stampa (derecha liberal) que en un artículo, titulado "Adiós a la vieja Europa", consideraba que Europa, "demasiado presente en el tradicional G8", iba a perder mucha influencia en el G20.
Al G8 pertenecen Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia. El G20 se amplía con la Unión Europea, Sudáfrica, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México y Turquía.
Berlusconi también confirmó la presentación dentro de unos días de un plan de 80.000 millones de euros "a favor de las empresas y de las familias", anunciado el sábado por su ministro de Economía en Washington.
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