
El sorprendente plan de Argentina para nacionalizar sistema privado de pensiones probablemente encuentre respaldo en el Congreso y entre los ciudadanos. A pesar de ello, ya hay denuncias entre la oposición política y entre unos inversores demasiado "asustados" con la medida.
Cristina Fernández, que fue reiteradamente criticada por los mercados financieros por especular y no invertir en producto real, anunció el martes un proyecto de ley en el Congreso para asumir 30.000 millones de dólares de fondos del sistema privado pensiones, de 14 años de vigencia.
"Rescate" a las pensiones
Fernández defendió el plan con el argumento de que estaba rescatando las pensiones de la crisis mundial de los mercados, pero algunos inversores vieron el plan con un signo de desesperación por un gobierno que debe asumir una deuda de miles de millones de dólares en el plazo de un año.
Fernández, su marido y su predecesor en el cargo Nestor Kirchner son de centro-izquieda y mantuvieron un excedente fiscal y reservas extranjeras. Algunos como el presidente de Venezuela y otros líderes socialistas como los de Bolvia y Ecuador no la consideran socialista.
''Los inversores están demasiado asustados. La gente imagina que Nestor y Cristina va a empezar a expropiar como si se tratase de una guerra", dijo Eduardo Blasco, economista de la compañía Maxinver. "El Gobierno se lleva ahorros de la gente para pagar deuda", denunció el líder parlamentario de la derecha liberal opositora Federico Pinedo, al recordar que el Gobierno debe afrontar pesados vencimientos por 20.000 millones de dólares en 2009.
Respaldo social
El plan tendrá probablemente la aprobación del congreso y contará con el apoyo popular de Argentina. La reforma cuenta con el respaldo de rutina de la central obrera mayoritaria CGT, controlada por fieles peronistas, pero también despertó adhesiones en fuerzas parlamentarias socialdemócratas que se habían apartado del oficialismo durante el conflicto de 128 días mantenido este año con los agricultores.
Otro liberal ortodoxo y ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel opinó que la reestatización "tiene su efecto positivo porque habrá mas fondos para pagar deuda y evitar un default", pero advirtió que "lo más preocupante es que se cambien las reglas de juego entre gallos y medianoche".
"Este es el primer cambio estructural que hace este Gobierno", admitió un enconado opositor, Gerardo Morales, líder de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria e histórica enemiga del sistema privado de jubilación.
Un funcionario del sistema financiero, el vicepresidente de la Comisión de Valores (reguladora bursátil), Enrique Vanoli, apoyó la iniciativa al decir que "el sistema de capitalización privado no cumplió con el objetivo básico de otorgar una jubilación decente a la gente".
"Es la muerte anunciada de un régimen desgastado. Es una eutanasia asistida", se pronunció el economista heterodoxo Eduardo Curia. Y la reforma quedará "en familia", porque así como un peronista, pero fanático neoliberal, como Carlos Menem (1989-1999), creó el sistema, otra peronista, Cristina Kirchner, le firmó certificado de defunción, comenta.