La baja del precio del petróleo podría reactivar el crecimiento en EEUU
El FMI, la OCDE y la Comisión Europea han ido difundiendo sus previsiones para el resto del año o para el bienio 2006-2007. Llama la atención la unanimidad de los comentarios y cuando las previsiones económicas coinciden tanto, conviene buscar dónde podrían esconderse las sorpresas susceptibles de modificar el rumbo de los mercados en las próximas semanas.
Los tres organismos afirman que la economía mundial se mantiene razonablemente fuerte y que se reequilibra en beneficio de Europa y Japón y en detrimento de EEUU donde la probabilidad de una recesión sigue siendo baja. Pero el crecimiento podría descarrilar en 2007 si el precio del petróleo se mantiene elevado o/y si no baja la inflación. Es posible que tengan razón pero advertimos de que no parecen ir por ahí los riesgos en este momento.
1) El petróleo. Insistimos desde hace varias semanas en la posibilidad de tener una fuerte corrección hacia los 60 dólares. La baja es ya lo bastante acentuada como para producir una desaceleración de la inflación en septiembre y para mejorar la confianza. En Estados Unidos, la inflación interanual podría perder más de un entero en un mes. ¿A quién le preocupa? Se trata de un factor de crecimiento para la economía mundial, favorable para los tipos de interés a corto plazo, pero preocupante más adelante porque los bancos centrales mantendrían un pulso restrictivo sobre la política monetaria por temores al crecimiento de los costes laborales.
2) La crisis del sector inmobiliario en Estados Unidos. Se ha convertido en el lugar común de los mercados. Stephen Roach, de Morgan Stanley, cifra en al menos dos puntos la pérdida de crecimiento de Estados Unidos en 2007. Pero cuanto más se ensombrecen las previsiones, mayor es la posibilidad de verse sorprendido por un comportamiento de la economía mejor del previsto. La baja de los tipos hipotecarios y del precio del petróleo son buenas noticias para las familias. Si las empresas no reaccionan con excesos a la caída de la confianza, es posible que la economía muestre una resistencia insospechada para el resto del año.
3) El dólar. Se mantiene en una horquilla muy estrecha frente al euro. Si se tiene en cuenta que las anticipaciones de crecimiento son favorables en Europa y negativas en Estados Unidos, algo no cuadra. O bien una tasa de 1,27/1,28 incorpora ya la idea de una baja de tipos en EEUU y de una subida en Europa, o el mercado cambiario está diciendo que no se cree estas previsiones, al menos todavía. En ambos casos, el dólar podría volver a subir cuando el mercado espera una caída.
Los mercados han apostado durante el verano por una seria desaceleración de la economía americana y por lo tanto por tipos de la Fed estables antes de una primera baja a principios de 2007. Cabe preguntarse si se han precipitado.
Si EEUU confirma una capacidad de crecimiento insospechada, los analistas revisarán al alza el crecimiento mundial y quizás los niveles de los tipos de interés, no sólo en EEUU sino también en Europa y en Japón a pesar de la baja de los precios del petróleo. La renta fija podría bajar mientras las acciones no encontrarían el entorno para confirmar las subidas estivales. Es el mensaje de Wall Street esta semana y el riesgo es que la corrección gane en profundidad si los próximos indicadores apuntan a más crecimiento que esperado.