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Lula llegó a Japón para la cumbre del G8 y bilaterales con México y China

Los líderes de los principales países ricos y emergentes del mundo, incluidos Estados Unidos, Brasil y México, acordaron este miércoles trabajar juntos para reducir a largo plazo las emisiones de gases contaminantes, pero fracasaron en adoptar metas concretas.

Los países ricos no lograron que los emergentes se sumaran a su acuerdo de reducir al menos en un 50% las emisiones de gases con efecto invernadero para 2050, durante una reunión ampliada del G8 celebrada en una localidad montañosa de la isla de Hokkaido, en el norte de Japón. A cambio, los países ricos se hubieran comprometido a adoptar acciones a medio plazo (2020), según una propuesta japonesa.

Pero para los grandes países emergentes nucleados en el G5 -Brasil, México, China, India y Sudáfrica- los países ricos tienen una responsabilidad histórica en el calentamiento del planeta y su promesa de reducción de emisiones no basta. El G5 reclamó al club de los ocho más ricos reducir sus emisiones contaminantes entre un 80% y un 95% para 2050 (en vez de sólo el 50%), y comprometerse a bajar del 25% al 40% sus emisiones para 2020. El G8 sólo se comprometió a que cada país fije sus propias metas de reducción a medio plazo después de 2012, cuando expira el Protocolo de Kioto, y sin proporcionar cifras ni plazos.

Estados Unidos es el único gran país industrializado que no se ha adherido al Protocolo de Kioto, e insiste en que los grandes emergentes también deben hacer esfuerzos para recortar sus emisiones. No obstante, el martes aceptó por primera vez fijar una meta de reducción para 2050.

"El cambio climático es uno de los grandes desafíos de nuestra era", dijeron los líderes de 16 países que emiten un 80% de los gases con efecto invernadero en una declaración. "Nuestras naciones seguirán trabajando de manera constructiva para promover el éxito de la conferencia sobre cambio climático de Copenhague", indicaron en referencia al encuentro de la ONU previsto en diciembre de 2009 para acordar un tratado mundial de reducción de emisiones que reemplace al Protocolo de Kioto.

Los 16 países dijeron apoyar "una visión compartida para una cooperación, incluida una meta global a largo plazo para la reducción de emisiones". "Lograr nuestra meta global a largo plazo requiere sus respectivas metas a medio plazo" de parte de los países ricos, añadieron, sin establecer un calendario. Las economías emergentes sólo se comprometieron a adoptar medidas para "atenuar" sus emisiones contaminantes, sin más precisiones.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió no considerar el asunto como "una confrontación entre países desarrollados y en desarrollo". "Este es un desafío mundial que requiere una respuesta mundial", añadió, y reclamó a los emergentes a "reconocer que no existe una contradicción entre crecimiento económico y reducción de emisiones".

La reunión de los 16 países del MEM (Major Economies Meeting) fue "un pequeño paso adelante", estimó Phil Clapp, de la ONG Pew Center. "Al menos todos los países se pusieron de acuerdo para que el nuevo tratado internacional (post-Kioto) comprenda objetivos de reducción a largo plazo", añadió. Otros no estuvieron conformes. "En los asuntos que importan, como las metas de reducción de emisiones de los países ricos para 2020, la declaración es mortalmente silenciosa", lamentó Daniel Mittler, de Greenpeace.

China desplazó el año pasado a Estados Unidos como primer emisor de gases de efecto invernadero. Brasil ocupa el cuarto lugar, sobre todo debido a las quemadas de la deforestación amazónica.

El MEM está integrado por el G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), el G5 y Australia, Indonesia y Corea del Sur.

En una reunión previa entre el G8 y el G5, los líderes discutieron asimismo la disparada de los precios del petróleo, la crisis alimentaria mundial, los biocombustibles y la ronda de Doha para reducir las barreras al comercio mundial.

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