El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encomendó a Dios el futuro de la economía venezolana tras presentar su informe anual ante la Asamblea legislativa. Un discurso en el que el mandatario reconoció que la economía venezolana decreció un 2,8% el año pasado y que la inflación cerró el 2014 por encima del 64%, la mayor de la región.
La economía entró en recesión en el 2014 después de haber crecido un 1,3% el año anterior, complicando el panorama para Maduro.
Para el 2015, hay estimaciones pesimistas como la informada el miércoles por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de una contracción del 7%.
El gobierno socialista culpa del mal desempeño del país a una "guerra económica" librada por la oposición política con apoyo de Estados Unidos con el fin de desbancarlo.
"Todos los productos que están escondiendo es para irritar al pueblo en una guerra económica", dijo Maduro.
Sin embargo, sus opositores y los empresarios aseguran que es el corolario del fracaso de 15 años de nacionalizaciones, controles de cambio y enfrentamientos con la empresa privada.
"Ya esto es insólito. Maduro dice que esconden el papel higiénico, los pañales. Es un descaro y un irrespeto al pueblo", escribió en Twitter el asambleísta opositor Tomás Guanipa.
Maduro dijo el miércoles que en diciembre de 2014 el desempleo llegó al 5,5% desde el 5,6 del mismo mes del año previo.
Para apoyar a los más necesitados, dijo que se aumentará el salario mínimo en un 15% a partir del 1 de febrero. Además, adelantó que seguirá profundizando los subsidios que le ganaron apoyo popular a Chávez, conocidos como "misiones".
La semana pasada, Maduro estuvo de gira por varios países miembros de la OPEP, además de China y Rusia, en busca de una estrategia para revertir la caída del crudo y de financiamiento.
Pero si algo es claro, según Maduro, es que la época de una extrema bonanza petrolera no regresará.
"No volverá el petróleo a 100 (dólares). No volverá, así que tenemos que producir, sustituir importaciones, generar nuevas fuentes de divisas para el país", dijo. "Son menos divisas (...) pero nunca faltará Dios. Dios proveerá".