Por Julie Gordon
(Reuters) - Las víctimas del desastre provocado por un tren que transportaba petróleo y que causó 47 muertos en Lac-Megantic, en la provincia canadiense de Quebec en 2013, acordaron la indemnización de cerca de 200 millones de dólares con algunas de las empresas involucradas, dijo el viernes un abogado de los demandantes.
El insolvente operador ferroviario Montreal Maine and Atlantic (MMA), junto a sus aseguradoras, su fundador Edward Burkhardt y varias otras compañías pagarán la cantidad acordada, que será distribuido entre las víctimas del descarrilamiento y explosión del tren, dijo a Reuters el abogado Peter Flowers de Meyers & Flowers en Chicago.
Un borrador del acuerdo fue presentado el viernes al Tribunal Superior de Quebec como parte de los procedimientos de bancarrota de MMA en Canadá. Un plan similar también se presentará en un juzgado de Estados Unidos. El acuerdo está sujeto a la aprobación de los tribunales.
Una vez aprobado, los fondos serán divididos entre los demandantes que perdieron familiares en la tragedia, quienes sufrieron lesiones, daños a la propiedad y perjuicios económicos, junto a aseguradoras y los gobiernos provincial y federal.
"Este es un buen primer paso para hacer de cierta forma justicia con esas personas que han pasado por un infierno", dijo Flowers. "Esperamos que esto ayude de alguna manera, para que esas personas puedan resolver el resto de sus vidas", agregó.
Flowers dijo que el acuerdo es sólo la "punta del iceberg", y agregó que continuará presentando demandas contra otras compañías relacionadas con el desastre, incluida World Fuel Services, Canadian Pacific Railway y la privada Irving Oil.
Los vagones que cargaban crudo descarrilaron y explotaron con una fuerza sorprendente en Lac-Megantic en julio del 2013, transportaban petróleo desde los campos petroleros de Bakken en Dakota del Norte hacia una refinería Irving en el este de Canadá.
World Fuel Services, que coordinó la entrega, ha dicho en documentos presentados ante el tribunal que el desastre del ferrocarril se debió principalmente a un error humano y que nada en el etiquetado o empaquetado podría haber cambiado el resultado.
(Información de Julie Gordon en Vancouver, David Ljunggren. Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Edición de Emma Pinedo y Randall Palmer en Ottawa; Editado en Español por Ricardo Figueroa)