Tres personas han muerto, una de ellas el secuestrador, durante el asalto de la Policía australiana para liberar a los 17 rehenes de la cafetería secuestrada en Sídney por un presunto terrorista islamista desde hacía 16 horas. La operación ya se da por terminada: los rehenes muertos por disparos del secuestrador son una mujer de 38 años y un hombre de 34, mientras que el captor tenía 50. Todos fallecieron en el hospital. Galería | Las imágenes del secuestro.
El secuestro comenzó a primera hora de la mañana y concluyó a las 2.10 del martes (hora local), cuando se produjo un "enfrentamiento" entre las fuerzas de seguridad y el atacante, de 50 años.
Durante el tiroteo, varias personas resultaron heridas de bala y tanto el secuestrador como dos de sus rehenes fallecieron. Otras cuatro personas han resultado heridas, entre ellas una mujer con una herida de bala en el hombro y un agente alcanzado por perdigones.
Atención a los rehenes y heridos
Antes de que se produjeran los disparos y entraran los agentes, según la cadena ABC News, varios de los rehenes habían conseguido abandonar el establecimiento Lindt Chocolate Cafe, local situado en la zona financiera Martin Place de la ciudad. Tras los disparos, varios rehenes más han abandonado la cafetería, algunos de ellos con ayuda de personal sanitario y al menos dos de ellos en camillas, sin que por el momento haya detalles sobre posibles heridos. Mientras se mantenía la negociación, otros cinco escaparon en dos oleadas.
Ambulancias con paramédicos y coches de bomberos se desplegaron en las inmediaciones del lugar de los hechos para atender a los heridos, mientras sonaba una sirena de alarma.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, calificó el secuestro de acto con "motivaciones políticas" y se reunió a lo largo del día en dos ocasiones con el Comité de Seguridad Nacional.
Clérigo radical y maltratador
El hombre armado -con barba y un pañuelo en la cabeza- que mantuvo el secuestro durante 16 horas en el interior de una cafetería del centro de Sídney es un clérigo radical llamado Man Maron Monis, que fue acusado en 2013 de ser cómplice en el asesinato de su exmujer, según el Sydney Morning Herald. Éstas fueron sus peticiones.
"Autodescrito como clérigo, Man Maron Monis, de 50 años, atrajo por primera vez la atención de la Policía cuando escribió cartas ofensivas a las familias de soldados australianos muertos", ha indicado el rotativo australiano en su edición digital.
La cabecera ha indicado que en 2013 Monis fue acusado de ser cómplice en el asesinato de su exmujer, que era la madre de dos niños. Posteriormente, ha sido acusado de más de 50 cargos por agresión sexual y comportamiento indecente por la etapa en la que ejerció como "curandero espiritual" hace una década en el oeste de Sidney.

Monis, que también es conocido como jeque Haron y Mohamad Hasan Manteghi, nació en Irán y, en la actualidad, vivía en Bexley North, en el sur de Sidney.
Imágenes en las noticias mostraban a los rehenes sosteniendo una bandera blanca y negra que contenía la Shahada - un testimonio de la fe de los musulmanes. La bandera ha sido popular entre grupos extremistas suníes como el Estado Islámico y Al Qaeda y tiene la inscripción en blando de "No hay más dios que Alá" y "Mahoma es su profeta".
Sin especulaciones
El comisario de Policía de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione, ha evitado entrar en detalles sobre las circunstancias de la entrada de la Policía en la cafetería y sobre la posibilidad de que los rehenes fallecidos y heridos se hubiesen visto envueltos en el tiroteo entre agentes y secuestrador.
El responsable policial se ha limitado a decir que la Policía entró en las instalaciones "como resultado de un intercambio de disparos" en el interior y ha descartado la presencia de artefactos explosivos tras la finalización del registro.
"No es momento de especular o desarrollar teorías. Vamos a trabajar sobre hechos", ha zanjado Scipione, que ha insistido en la necesidad de llevar a cabo una investigación "detallada". "Necesitamos descubrir lo que ha ocurrido aquí y lo que ha ocurrido dentro de esa cafetería", ha añadido.
El comisario ha defendido la "difícil" labor de la Policía, que "ha salvado muchas vidas", y ha dado las gracias a los agentes que se han implicado durante las "muchas horas" que ha durado el secuestro.