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Afganistán vota un nuevo líder en medio de una ola de violencia

KABUL/KANDAHAR (Reuters) - Las primeras horas de votación de las elecciones presidenciales de Afganistán discurrían de forma pacífica el sábado, al producirse sólo ataques aislados contra centros de votación mientras el país se embarcaba en su primer traspaso democrático de poder desde la caída del régimen talibán en 2001.

Cuatro votantes resultaron heridos en una explosión en un centro de votación en la provincia de Logar, en el sureste del país. Fue el ataque más grave hasta el momento en unas elecciones que los insurgentes talibanes han prometido hacer descarrilar, calificándolas de una farsa respaldada por Estados Unidos.

La policía en la provincia norte de Faryab dijo que había detenido a un suicida en potencia que trataba de entrar en un centro de votación, mientras que en Ghazni, en el sureste, se dispararon una serie de cohetes, que aterrizaron lejos del lugar de sufragio.

"Insto al pueblo de Afganistán a demostrar a los enemigos de Afganistán que nada puede detenerlos", dijo Yousaf Nuristani, presidente de la Comisión Electoral Independiente (CEI) tras votar en Kabul.

Unos 12 millones de afganos están llamados a las urnas en unas elecciones con ocho candidatos, entre ellos los exministros de Exteriores Abdulá Abdulá y Zalmay Rassul, y el exministro de Finanzas Ashraf Ghani como favoritos.

Hamid Karzai, el presidente saliente, no tiene permitido presentarse de nuevo a la presidencia, pero se espera que mantenga un control a través de políticos que le son leales.

Más de 350.000 militares afganos han sido llamados a servicio para impedir ataques contra los centros de votación y los electores. La capital Kabul ha sido aislada del resto del país por anillos de seguridad, puntos de control y bloqueos de carreteras.

Los talibanes han advertido a los civiles que serían objetivo de ataques si intentaban votar, y al menos un 10 por ciento de los centros de votación se preveía que cerraran por amenazas de seguridad.

La mayoría de los observadores internacionales se marcharon de Afganistán a raíz del ataque contra un hotel en Kabul el mes pasado.

Una veterana fotógrafa de Associated Press murió y una corresponsal de la misma agencia resultó herida el viernes cuando un policía abrió fuego contra las dos mujeres en el este del país cuando informaban sobre los preparativos para los comicios.

La agencia de inteligencia del país, el Dirección de Seguridad Nacional, dijo que había detenido a un hombre e incautado munición de lanzagranadas, fusiles de asalto y uniformes policiales de una casa en Kabul horas antes del inicio de las elecciones.

En la ciudad de Kandahar, la cuna de la insurgencia de los talibanes, el ambiente era tenso. Los vehículos no podían circular y había puntos de control en todos los cruces.

RIESGO DE UN RETRASO

Los votantes inevitablemente tendrán en cuenta los progresos de Afganistán desde el 2002, cuando fuerzas encabezadas por Estados Unidos derrocaron a los talibanes, que daban refugio al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

En esos 13 años ha habido un enorme derramamiento de sangre. Al menos han muerto por la violencia 16.000 civiles, 3.500 militares extranjeros y miles de soldados afganos.

Miles de millones de dólares se han gastado en la reconstrucción del país.

"Hay que darle algo de crédito al Gobierno de Karzai por sus limitados avances en derechos humanos en unas condiciones muy difíciles", dijo en un comunicado Amnistía Internacional.

"Sin embargo, la situación sigue siendo sombría para millones de afganos e incluso el progreso que hemos visto es muy frágil", indicó.

Sin un favorito claro, el proceso electoral puede tardar semanas, si no meses, especialmente si hay una segunda vuelta.

Cualquier retraso dejará poco tiempo para cerrar un acuerdo clave entre Kabul y Washington destinado a mantener 10.000 tropas estadounidenses después del 2014, tras la retirada de la mayoría de los militares extranjeros.

"Todo el futuro de Afganistán está en juego", dijo Franz-Michael Mellbin, el representante especial de la Unión Europea en Kabul.

"Es clave (...) que los afganos vayan a votar en gran número y ofrezcan legitimidad política, y lo que ocurra después de las elecciones será crucial, porque se necesita un Gobierno estable", añadió.

Si, como se prevé, nadie obtiene un 50 por ciento de los sufragios el sábado, habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.

La votación será el 28 de mayo, extendiendo el proceso al mes sagrado del Ramadán, cuando las oficinas cierran durante la mayor parte de la jornada y la actividad se frena.

Los resultados preliminares de la primera vuelta deberían de estar unas seis semanas después de la votación, en parte porque el terreno montañoso de Afganistán hace que se necesiten 3.000 burros para llevar las urnas desde las zonas más inaccesibles.

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