EL CAIRO (Reuters) - Unos hombres armados mataron a seis soldados egipcios cerca de El Cairo el sábado, en el segundo ataque a las fuerzas de seguridad de Egipto en tres días, mientras los militares acusan a la ilegalizada organización de los Hermanos Musulmanes del depuesto presidente Mohamed Mursi.
Egipto ha recibido el golpe de la insurgencia islamista, que principalmente ha afectado a la Policía y el Ejército, desde que los militares derrocaron a Mursi en julio, y cerca de 300 responsables de seguridad han muerto en la ola de violencia.
El ataque del sábado a un puesto de control policial fue llevado a cabo por hombres sin identificar que se escaparon, según medios estatales. Una fuente de seguridad dijo a la televisión estatal que se encontraron dos bombas cerca del lugar y que fueron desactivadas.
El ejército emitió un comunicado poco después, acusando a los Hermanos, pero el líder del movimiento Amr Darrag negó la acusación. "Condeno la muerte de los soldados egipcios ¿Cómo pueden los Hermanos Musulmanes ser acusados pocos minutos después del ataque sin pruebas o investigación", dijo en Twitter.
El Gobierno apoyado por los militares condenó el ataque y dijo que estaba decidido a combatir los ataques de insurgentes.
Los analistas esperan que los ataques a las fuerzas de seguridad aumenten en los próximos meses, cuando se celebrarán unas elecciones presidenciales en las que se espera ampliamente una victoria del jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi.
El grupo basado en el Sinaí Ansar Bayt al Maqdis ha reivindicado la responsabilidad de una serie de ataques de alto perfil contra altos cargos de seguridad, entre ellos el intento de asesinato del ministro del Interior el año pasado.
El ataque al puesto de control del sábado se produce dos días después de que un agente muriese en otro ataque contra un autobús militar.
Los Hermanos, que dicen que están comprometidos con el activismo pacífico, condenaron el ataque y acusaron al Gobierno por intentar implicarlos por motivos políticos.
El Gobierno interino declaró a los Hermanos como un grupo terrorista en diciembre, y las fuerzas de seguridad han actuado contra el movimiento, sumiendo en la clandestinidad a la organización política más organizada del país.
Mursi, otros líderes de los Hermanos y cientos de activistas islamistas han sido encarcelados a la espera de juicio por delitos relacionados con la violencia.
El Ejército dijo el miércoles que las fuerzas de seguridad habían matado recientemente a siete militantes y habían detenido a 36 más, todos ellos ligados a los Hermanos y sospechosos de estar implicados en los ataques contra las fuerzas de seguridad desde que Mursi fue derrocado.
Los Hermanos han negado cualquier relación con los ataques.
/Por Ali Abdelaty/