
Rusia no puede ordenar a las fuerzas de "autodefensa" en Crimea volver a sus bases. O eso ha vuelto a decir el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, -una afirmación ridiculizada por Occidente- antes del primer cara a cara con Estados Unidos, insistiendo en que las tropas que han tomado la península ucraniana en el mar Negro no estaban bajo control ruso. | La Unión Europea ofrece a Ucrania 11.000 millones de euros en dos años.
"Si se refiere a las unidades de autodefensa creadas por los habitantes de Crimea, no les damos órdenes, no siguen órdenes nuestras", ha declarado Lavrov en una rueda de prensa conjunta en Madrid con su homólogo español, José Manuel García Margallo.
"Con respecto al personal militar de la flota (rusa) en el mar Negro, están en sus lugares de despliegue. Sí, se tomaron medidas de vigilancia adicionales para salvaguardar los lugares [...] Haremos todo lo posible para no permitir derramamiento de sangre".
Lo más grave desde la Guerra Fría
En la reunión entre Lavrov y el secretario de Estado estadounidense John Kerry, se pretende aliviar las tensiones por Ucrania y evitar una guerra derivada de la confrontación más grave desde el final de la Guerra Fría por la influencia sobre Ucrania, un importante exportador de materias primas y un vínculo estratégico entre este y oeste.
Ucrania rechazó el año pasado un acuerdo comercial con la Unión Europea bajo presión rusa, desatando meses de protestas callejeras en Kiev y la salida el 22 de febrero del presidente Viktor Yanukovich, aliado de Rusia.
Lavrov también tiene reuniones con los ministros de Exteriores de Alemania, Reino Unido y Francia y con el presidente galo, François Hollande, en un aparte de una conferencia en París a la que asisten los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN y Rusia mantendrán conversaciones paralelas en Bruselas en plena preocupación porque un enfrentamiento entre fuerzas rusas y ucranianas en Crimea pueda desatar la violencia o que Moscú pueda intervenir en el este de Ucrania, una zona rusófona.
Sanciones sí, sanciones no
Occidente está presionando a Rusia para que devuelva sus soldados a los cuarteles, acepte observadores internacionales en Crimea y Ucrania y que negocie una solución a la crisis por medio de un "grupo de contacto", probablemente bajo el auspicio de un organismo de seguridad paneuropeo.
Francia ha asegurado que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se reúnen el jueves en Bruselas podrían aprobar sanciones contra Rusia si no hubiera un cambio de su parte. Otros países de la UE, como Alemania, son más reticentes a establecer sanciones.
El presidente ruso, Vladimir Putin, defendió el martes la actuación de Rusia en Crimea, una península estratégica en el mar Negro que es parte de Ucrania pero fue territorio ruso, y dijo que usará la fuerza sólo como último recurso. También advirtió sobre las represalias en caso de recibir 'castigo' internacional.
Las fuerzas rusas seguían en control de Crimea, donde Interfax informó de que tomaron dos bases de misiles ucranianos durante la noche, sin que Putin diera muestras de retroceder.
Desde Washington, el presidente estadounidense Barack Obama admitió que Rusia tiene intereses legítimos en Ucrania, pero dijo que eso no da derecho a Putin a intervenir militarmente.
Un alto cargo del Gobierno estadounidense dijo que Obama habló por la noche con la canciller alemana, Angela Merkel. La política, que habla ruso, mantiene buenas relaciones con Putin, que habla alemán, y Berlín es el mayor socio económico de Rusia.
Mujeres protestan frente a una base en Crimea. Foto: Efe