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EEUU versus China o el 'tío Sam' contra el 'dragón': quién ganaría la guerra por el mundo

Las fuerzas armadas chinas emergen, como este submarino nuclear

China se convirtió en 2013 en la mayor potencia comercial del mundo, tras superar por primera vez a EEUU, la gran dominadora planetaria desde la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han pronosticado -aunque difieren en la fecha- que el PIB del dragón asiático (12,26 billones de dólares, según las estimaciones de la CIA para 2012) superará al del tío Sam (16,24 billones) en un futuro cada vez más cercano. Pero, ¿qué sucedería si estallara una guerra entre ambos países? ¿Quién vencería en esa hipotética Tercera Guerra Mundial? Teléfono rojo Pekín-Washington

A día de hoy, EEUU sigue siendo la primera potencia militar, pese al auge chino. Según el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), Washington tiene un presupuesto para defensa 600.400 millones de dólares, cifra que casi sextuplica el del país oriental. El informe El balance militar 2014 es palmario: su presupuesto prácticamente equivale al gasto conjunto del resto de naciones.

Pekín se erige como la segunda potencia, al invertir 112.200 millones al año, una cantidad muy superior a los 68.200 millones de Rusia. En cualquier caso, el Pentágono ya señalaba hace dos años que China oculta una gran parte de sus gastos militares.

"EEUU debe mantener una estrecha vigilancia sobre el creciente poder militar chino", sentenciaba Roger Cliff, reputado experto en asuntos bélicos de Asia-Pacífico.

Así es el ejército chino

Más infantería que nadie, cazas como el Su-30 y J-11B, defensas antiaéreas, aviones supersónicos JH-7, cientos de barcos y los peligrosos submarinos nucleares y misiles balísticos. Incluso están a punto de estrenar el portaaviones Liaoning. Pero, ¿cuál es la fuerza real del gigante asiático?

El año pasado, China arrojó algo de luz (poca) sobre los efectivos y armas que posee, al publicar un libro blanco sobre sus fuerzas. El informe El uso diversificado de las fuerzas armadas de China -divulgado por la Oficina de Información del Consejo de Estado, según el Diario del Pueblo- revelaba las cifras y los puntos fuertes del régimen comunista.

En concreto, el Ejército Popular de Liberación está formado por 850.000 soldados, la Armada tiene 235.000 infantes y la Fuerza Aérea cuenta con 398.000. Pese a ello, la suma total -1.483.000 efectivos- es más de un 25% menor que la que calculan los investigadores extranjeros, según los cuales habría cerca de dos millones de militares.

El documento, en el que China afirmaba renunciar a cualquier aspiración hegemónica, no listaba algunas fuerzas, como los efectivos de la Policía Armada y de las Fuerzas de Reserva y -sobre todo- las unidades de cohetes nucleares estratégicos.

El Gobierno, con viceprimer ministro Zhang Gaoli a la cabeza, apuesta por vincular lo militar y lo civil, para avanzar tanto en el desarrollo de la defensa como en el campo económico. Según la agencia oficial Xinhua, la mano derecha del presidente Xi Jinping ha llegado a poner ejemplos de esta colaboración, como el alunizaje de la sonda Chang'e-3 y las inmersiones a grandes profundidades del sumergible Jiaolong.

Por si este impulso no fuera suficiente, China no ha dudado en legislar esta cooperación. Así, en 2010, se aprobó una ley que permite movilizar a toda la población activa (más de 800 millones de personas) para labores de apoyo en combate, rescate y seguridad en caso de peligro. Tal y como recuerda Xinhua, el texto vincula a todos los hombres de entre 18 y 60 años y todas las mujeres de entre 18 y 55, con algunas excepciones descritas.

El Pacífico o la amenaza fantasma 

Este mes de enero, Pekín probó un misil balístico intercontinental con alcance hasta territorio estadounidense, en lo que supuso un claro puñetazo en la mesa.

Sin embargo, la escalada ya había comenzado meses antes. Los ejercicios 'Mission Action 2013' (con 40.000 efectivos movilizados) y el anuncio de que el bombardero H-6 podía atacar a EEUU "sin salir del espacio aéreo chino" dan muestras de esta exhibición de poder.

Sin embargo, el hecho que hizo saltar las alarmas fue la revelación por parte de medios estatales de que los submarinos nucleares chinos eran capaces de destruir ciudades y objetivos en todo EEUU. De costa oeste a este. The Washington Times se hizo entonces eco de un artículo del rotativo chino Global Times con gráficos, simulaciones y mapas de cómo quedarían Seattle y Los Ángeles tras este hipotético ataque.

La fuerza submarina china, cuya nave estrella es el recién estrenado Type 094 Jin, cuenta con 70 naves, diez de las se propulsan con energía nuclear. Esta flota, la segunda mayor del mundo, dispone de al menos cuatro vehículos atómicos capaces de lanzar misiles balísticos: el Pacífico tiene motivos para desconfiar de sus propósitos.

En la misma línea, y tal y como declaró un funcionario de alto rango de la Fuerza Aérea de EEUU ante la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EEUU-China, la prefectura de Okinawa y Guam podrían convertirse en blancos militares en caso de contingencias en Taiwán o el Mar de China Meridional.

En cualquier caso, "en 2020 el armamento de las fuerzas militares chinas será más o menos comparable al de EEUU en 2000", tal y como sentenció Cliff.

Geopolítica insular y vecinos mal avenidos

Las fricciones entre China y EEUU, además de tener que ver con el control efectivo del mundo, se cimientan en el apoyo de Washington a Japón. Pekín y Tokio mantienen unas relaciones espinosas por la soberanía de las islas Senkaku (el nombre chino de este archipiélago nipón es Diaoyu), que ha provocado incursiones de patrulleras japonesas, chinas y hasta taiwanesas en sus aguas.

El conflicto se complicó a finales 2013, con la decisión china de establecer una zona de vigilancia aérea sobre la zona, y ha tenido episodios de tensión durante todo el mes de enero.

El pulso tuvo lugar poco después de la polémica visita del primer ministro nipón, Shinzo Abe, a Yasunuki. Este santuario se erigió para honrar la memoria de los combatientes japoneses fallecidos durante los conflictos armados del siglo XX, incluidos catorce criminales de la Segunda Guerra Mundial.

Pero, tambores de guerra aparte (y aunque su eco llegara  al Foro de Davos), los datos mandan: Japón anunció en 2013 que elevará el gasto militar un 2,6% en cinco años, para adquirir aviones de alerta temprana, vehículos de asalto costero y aeronaves de transporte. El Ministerio de Defensa de su rival tachó esta subida (la primera en diez años) de "profundamente preocupante". Sin embargo, lo que no dice China es que ella ha quintuplicado sus gastos militares en los últimos 20 años, según los datos de Reuters.

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