BAGDAD (Reuters) - Al menos 34 personas murieron el miércoles en Bagdad en una serie de explosiones con bomba, incluidas varias cerca de la fortificada "Zona verde" y en una concurrida plaza del centro de la capital, dijeron fuentes de seguridad iraquíes.
Las explosiones se producen un día después del lanzamiento de dos cohetes contra la Zona Verde, donde se encuentran la oficina del primer ministro y embajadas occidentales, y es probable que aumenten las preocupaciones sobre la capacidad de Irak para proteger lugares estratégicos a medida que la seguridad se deteriora.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad de los ataques, pero los integristas suníes han ido recuperando control en Irak, particularmente en la provincia de Anbar, donde invadieron dos ciudades el 1 de enero.
Más de 1.000 personas fallecieron en los episodios violentos registrados en el país en enero, y el año pasado fue el más sangriento desde 2008, cuando los enfrentamientos parecieron disminuir.
El miércoles, las fuerzas de seguridad dijeron que dos coches aparcados explotaron frente al Ministerio de Exteriores, matando a 11 personas.
El Ministerio del Interior dio una versión diferente, culpando del "cobarde" ataque a un suicida que iba en una moto y que portaba con él explosivos.
"Sobre las nueve de la mañana, un terrorista suicida que iba en moto intentó entrar en la zona de seguridad del ministerio", dijo en un comunicado. "Un grupo de guardias le detuvo en el puesto de control y le negó el acceso, así que se hizo saltar por los aires junto con la moto".
En un incidente diferente, otro suicida que iba en coche hizo explotar los explosivos que llevaba en él a las puertas de un restaurante cercano a un puesto de control situado a una calle de distancia de la Zona Verde, matando a ocho personas, según fuentes de seguridad.
Una explosión cerca de la plaza Julani del centro de Bagdad dejó cuatro muertos más, y más tarde, otros tres coches bomba estallaron sucesivamente en el distrito de Jisr Diyala, en el sureste del país, matando a otras 11 personas.
"Los líderes políticos iraquíes deberían mostrar unidad nacional para abordar estas amenazas y unidad frente al terrorismo", dijo el enviado de la ONU a Irak, Nikolay Madenov, en un comunicado.
ASEDIO A FALUYA
La ciudad de Faluya está actualmente rodeada por el Ejército iraquí, que la bombardea para preparar el terreno para un posible asalto con el que expulsar a los combatientes antigubernamentales, entre los que figuran miembros del Ejército Islámico en Irak y el Levante (ISIL).
La violencia ha reducido a la mitad las exportaciones de crudo de Irak a Jordania, que suelen transportarse en camión a través de la frontera de Anbar.
En una pequeña intervención en la televisión estatal el miércoles, el primer ministro, Nuri al Maliki, dijo que las autoridades locales y los líderes tribales de Anbar presentarían una iniciativa conjunta para poner fin al estancamiento en los próximos días, sin dar más detalles.
"El objetivo de esta iniciativa es unificar posturas para poner fin a la batalla contra Al Qaeda", dijo Maliki, que es comandante en jefe de las fuerzas armadas. "La batalla está en el umbral de la conclusión".
Maliki ha pedido ayuda internacional y armas para combatir a Al Qaeda, pero los críticos dicen que sus propias políticas hacia la comunidad suní, dominante en el pasado, son en parte responsables de la recuperación de una insurgencia que tuvo su momento más fuerte en 2006-7.
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