
No hay rival pequeño ni riesgo, por mínimo que parezca, que haya que subestimar. Lo comprobó la Eurozona cuando Chipre, un país que supone sólo el 0,2% del PIB del bloque, puso en jaque la maquinaria del rescate con el tratamiento de los grandes depósitos bancarios. Una vez encarrilado el salvamento de la isla mediterránea, los analistas internacionales advierten de que otros pequeños países pueden hacer zozobrar el barco del euro por su exposición bancaria. Gráfico: la amenaza de los 'pequeños' del euro
Eslovenia: gangrena financiera
El lobby de los grandes bancos mundiales (IIF) le aconsejó en abril pedir el rescate. Este antiguo alumno modelo del euro cayó en recesión en 2012 y debe sanear un sector financiero gangrenado por una montaña de créditos impagados. De hecho, el IIF estima que la deuda del país llegará al 62% del PIB este año -8 puntos más en un solo ejercicio- y que las necesidades de financiación ascenderán a 11.800 millones hasta 2015, lo que supone más del 26% del PIB.
Las últimas cifras apuntan a que los bancos eslovenos afrontan préstamos dudosos por 7.000 millones, equivalentes al 20% del PIB -en España, la morosidad es del 10,7%, unos 170.000 millones-. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifra en 1.000 millones la recapitalización de las tres mayores entidades, si bien la agencia de rating Fitch eleva la cifra a 2.000 millones y otros analistas, a 4.000 millones.
Por si estos activos tóxicos no fueran suficiente fuente de problemas, está la honda recesión del país. Bruselas prevé que Eslovenia se contraiga el 2% este año, tras caer el 2,3% en 2012. Con el déficit -5,1%- y el paro al alza -13,6%-, aunque esta antigua república yugoslava supone sólo el 0,4% del PIB del euro, tras el susto de Chipre, cualquier país puede ser un riesgo.
Deterioro de la solvencia y financiación cara aquejan asimismo al país. Según Bloomberg, los seguros de impago (CDS) de deuda a cinco años llegaron a subir desde 250 puntos básicos hasta 414 en apenas 15 días en marzo, en pleno rescate de Chipre. Y, de acuerdo con el FMI, el país necesita 3.000 millones este año para vencimientos de deuda, recapitalizar bancos y financiar su presupuesto. Cerca de 1.000 millones de deuda vencen este mes.
Holanda: 'burbuja' y deuda
Considerado uno de los países más prósperos de Europa, con una fuerte economía exportadora y gran número de multinacionales de éxito, los expertos temen ahora que Holanda pueda estallar como hicieron Irlanda, Grecia y Portugal. Sumida en la recesión, el paro toca máximos de dos décadas, el FMI le augura un retroceso del PIB del 0,5%, es uno de los países más endeudados -los consumidores deben el 250% de la renta- y vive una burbuja inmobiliaria. De hecho, los medios internacionales alertan de que los precios de la vivienda se despeñan: ya son el 16,6% más bajos que en lo más alto de la burbuja de 2008.
Otra rémora: el Gobierno tuvo que rescatar un banco y lo más probable es que le sigan otros. El sistema financiero suma 650.000 millones pendientes en un sector inmobiliario en riesgo de desinflarse. Un panorama que atisban las agencias de rating. Por ejemplo, en febrero, Fitch mantuvo la máxima nota a la deuda, no sin avisar de la caída de precios de la vivienda y del alza de la deuda estatal.
Lo mismo que Standard & Poor's, que sigue calificando a Holanda como AAA aunque con perspectiva negativa, debido a que considera insatisfactorias las perspectivas de los bancos holandeses, a raíz de las dificultades del sector inmobiliario y privado en el país.
Luxemburgo: paraíso fiscal
Al ser un paraíso fiscal igual que Chipre, la dura intervención de la troika en la isla activó las alarmas en el pequeño ducado. Los activos bancarios de Luxemburgo son 24 veces el PIB, aunque éstos, en general, son más sanos que la deuda chipriota. Con todo, si buena parte de esos activos resultaran fallidos, los analistas avisan de que no habría forma plausible en que Luxemburgo pudiera recapitalizar sus bancos por sí mismo.
A finales de 2011, el 29% de los activos llegaba de Bélgica, Alemania y Francia, por lo que esos países serían menos receptivos a aceptar quitas de lo que fueron con Chipre, cuyos depositantes incluían a numerosos rusos. Aun así, Luxemburgo es lo suficientemente importante para las finanzas de la Eurozona como para que Bélgica, Alemania y Francia aceptaran ese hipotético rescate. No obstante, en el improbable caso de no hacerlo, o si el rescate no lograra evitar el colapso de la banca luxemburguesa, entonces serían los clientes alemanes y franceses quienes perderían grandes sumas de dinero.
Malta
Otra isla mediterránea, otro paraíso fiscal en la Eurozona vulnerable al contagio. A finales de 2012, sus activos bancarios representaban el 792% del PIB, un porcentaje mayor incluso que en Chipre. De hecho, según datos del Fondo Monetario Internacional, a mediados del año pasado Malta estaba incluso más expuesta a Grecia, con un volumen de riesgo total del 4,3% del PIB.
No obstante, los observadores internacionales están menos preocupados por Malta -y por Luxemburgo- que por Chipre. La razón principal es que sus entidades bancarias son internacionales y diversificadas.