
Los franceses deberían contribuir más tiempo a la Seguridad Social para recibir una pensión y los jubilados con más dinero deberían tener devoluciones fiscales más bajas. Estas son algunas de las recomendaciones de los expertos que se recogen en un informe remitido al presidente François Hollande.
El estudio -que el Gobierno ha dicho que tiene valor consultivo- propone un incremento fraccional en las contribuciones de los empleadores después de que la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional dijeran que los empresarios no deberían ver incrementados los costes.
El objetivo de la reforma es equilibrar el deficitario sistema de pensiones francés para 2020. Gobiernos anteriores han intentado actualizar el generoso pero costoso sistema de pensiones francés, pero se han topado con violentas protestas en las calles.
El Gobierno ha dicho que estudiará las propuestas pero que no está obligado a llevarlas a cabo para su prevista actualización del sistema de pensiones, que se espera para final de año.
"El comité considera que incrementar la duración es la vía más relevante para adaptar el sistema de pensiones (..) para una mayor esperanza de vida", dijo el informe.
El comité recomienda incrementar el periodo de contribuciones necesario para una pensión completa de los 41,5 años actuales a hasta 44 años.
Recomienda no incrementar por ahora la edad de jubilación establecida, que se elevó a 62 desde los 60 años previos en 2010, pero dice que es algo que debería contemplarse a medio o largo plazo.
Sugiere incrementar las contribuciones de pensiones en 0,1 puntos porcentuales entre 2014 y 2017, y que las compartan igualmente empresarios y trabajadores.
Francia ha intentado durante más de 20 años reformar su deficitario sistema de pensiones, pero los distintos gobiernos han emprendido únicamente reformas menores ante la firme oposición.
Uno de cada siete franceses dice que es necesaria una reforma, pero el 80% considera que la próxima reforma, de la que se espera un proyecto de ley en la segunda mitad del año, no garantizará la sostenibilidad del sistema de pensiones. Dos tercios no confían en que Hollande lo gestione bien, según un sondeo de Tilder-LCI-Le Figaro.
La última reforma, que llevó a cabo el predecesor de Hollande, Nicolas Sarkozy, en 2010, y elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años, hizo que miles de personas tomaran las calles en las ciudades francesas y llevó a un bloqueo de refinerías.
Hollande la redujo a 60 para aquellos que habían empezado a trabajar antes.