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El primer ministro sirio sobrevive a un atentado con bomba

BEIRUT (Reuters) - El primer ministro sirio, Wael al Halki, sobrevivió el lunes a un atentado con bomba en el centro de Damasco, dijeron medios estatales y activistas, en un momento en el que los insurgentes atacan el corazón de la capital del presidente Bashar el Asad.

La explosión sacudió el barrio Mezze poco después de las 9 de la mañana, enviando una columna de denso humo negro al cielo, según las imágenes colgadas en Internet por activistas de la oposición.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, que tiene una red de fuentes en toda Siria, dijo que uno de los acompañantes del primer ministro había muerto. La televisión estatal informó de que se habían producido víctimas, pero no dio detalles.

"La explosión terrorista en Al Mezze fue un intento de atacar el convoy del primer ministro. El doctor Wael al Halki está bien y no ha resultado herido", dijo la televisión estatal.

La cadena siria Al Ijbariya sacó unas imágenes de Halki, que parecía sereno y tranquilo, presidiendo un comité económico en su oficina.

Mezze forma parte de la reducida "zona de seguridad" en el centro de Damasco, donde se encuentran muchas instituciones gubernamentales y militares y donde viven altos cargos sirios.

Aislada durante casi dos años del derramamiento de sangre y destrucción que han asolado buena parte de Siria, la zona ha ido cayendo poco a poco en la violencia a medida que los rebeldes han lanzado ataques con morteros desde el este de la capital y llevado a cabo bombardeos en lo que fue en el pasado un aislado centro de la ciudad.

CONTRAOFENSIVA

Asad ha perdido el control de grandes zonas del norte y el este de Siria, afronta un creciente desafío en la provincia sur de Deraa y combate a los rebeldes en muchas ciudades.

Pero sus fuerzas han llevado a cabo potentes contraofensivas por tierra, respaldadas por artillería y ataques aéreos, contra el territorio tomado por los rebeldes en torno a la capital y cerca de la localidad de Homs, que une Damasco con el corazón de la minoría alauí a la que pertenece Asad en las montañas sobre el Mediterráneo.

La mayoría de los combatientes rebeldes son de la mayoría suní de Siria.

El domingo, los activistas dijeron que los rebeldes estaban luchando contra las tropas cerca de un complejo vinculado con el supuesto programa de armas químicas de Siria, el Centro de Investigación y Estudios Científicos en las laderas de la montaña Qasiun, en el distrito de Barzeh, en Damasco.

Estados Unidos dijo la semana pasada que las fuerzas de Asad probablemente habían usado armas químicas en el conflicto, aumentando la presión del Congreso sobre el presidente Barack Obama para que haga más para ayudar a los rebeldes. Sin embargo, Obama ha dejado claro que no tiene prisa por intervenir dado que estima que las pruebas son aún preliminares.

Las Naciones Unidas creen que más de 70.000 personas han muerto en la guerra civil siria. Cinco millones de personas han huido de sus casas, entre ellas 1,4 millones de refugiados que se han ido a los países vecinos. Los costes de la guerra se estiman en decenas de miles de millones de dólares.

/Por Dominic Evans/

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