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Sin luz al final del túnel

El 9 de abril de 2003, soldados estadounidenses derribaron la estatua del presidente Sadam Husein. Cinco años después y con más de 4.000 soldados muertos, el Ejército de EEUU reconoce "no haber visto la luz al final del túnel". Por otra parte, Bush ha llorado en un homenaje póstumo a un soldado fallecido en Irak.

El comandante de las tropas estadounidenses en Irak, David Petraeus, ha reconocido esta semana que la operación llevada a cabo por el Gobierno iraquí contra las milicias chiíes en Basora ha sido una decepción, y ha considerado que no estuvo bien planificada ni preparada. "No hay ninguna duda de que podría haber estado mejor planeada y que los preparativos podrían haber sido mejores", ha asegurado apesadumbrado.

La paz no ha llegado al país. La "Zona Verde" más fortificada de Bagdad, que alberga los principales edificios gubernamentales, ha sufrido de manera casi constante distintos ataques por las milicias insurgentes (presuntamente chiíes), que han causado la muerte de al menos tres estadounidenses. Además, el hombre que debía sustituir en el poder a Husein, el actual primer ministro Nuri al-Maliki, no tiene más poder que Muqtada al-Sadr, líder de la oposición que le acusa de violar los términos adoptados en el acuerdo del Gobierno.

Tampoco la posibilidad de un vuelco en favor de una finalización del conflicto parece cercana, según ha afirmado el propio Petraeus. Que además pretende suspender transitoriamente las retiradas de tropas en julio.

El problema de las deserciones

Más de 1.000 soldados iraquíes entrenados por EEUU han desertado o sencillamente se han hegado a luchar. Según fuentes militares oficiales la mayoría son soldados con una escasa formación básica, pero lo cierto es que entre éstos se encuentran personalidades tan distinguidas como el coronel Rahim Jabbar o el teniente coronel Shakir Khalaf.

Desde el miércoles pasado, al-Sadr ha llamado a más de un millón de seguidores iraquíes para marchar a la ciudad sagrada de Najaf para protestar contra la ocupación estadounidense, mientras Maliki parece haberse reforzado con más de 10.000 reclutas de tribus locales. Por lo que no parece que la situación vaya a mejorarse.

A pesar de esto, la Administración Bush ha afirmado que la situación en las principales ciudades de Irak ha mejorado, aunque la situación siga siendo "frágil".

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