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El primer ministro libanés llama al consenso tras el atentado

BEIRUT (Reuters) - El primer ministro del Líbano, Najib Mikati, dijo el sábado que el presidente le pidió permanecer en su cargo pese a que ofreció su renuncia, en momentos en que la población expresaba su temor e indignación por el asesinato de un alto cargo de inteligencia opositor al Gobierno en Siria.

Mikati también afirmó que sospechaba que el asesinato del brigadier general Wisam al Hasan el viernes en la explosión de un coche bomba estaba relacionado con el procesamiento de un ex ministro partidario del presidente sirio, Bashar al Asad, por un complot en el Líbano.

El primer ministro sostuvo en una conferencia de prensa en el palacio presidencial que había ofrecido su dimisión al presidente Michel Suleiman a fin de dejar el camino abierto a la formación de un Gobierno de unidad nacional, pero que el mandatario le pidió que no dejara su puesto por el momento.

Mientras hablaba, hombres armados y manifestantes bloqueaban calles con neumáticos en llamas en Beirut y otras ciudades del país, en protesta por la muerte de Hasan en el ataque del viernes por la tarde el centro de la capital.

Políticos libaneses han acusado al presidente Asad de ser el responsable del ataque, el cual intensificó los temores de que la guerra civil sectaria que sacude a Siria se esté propagando al país vecino.

El grupo libanés de oposición 14 de Marzo había pedido la dimisión del Gobierno, que incluye a ministros del influyente grupo radical Hezbolá, después del atentado del viernes.

"Hoy, más que nunca creo que debe haber un Gobierno de consenso nacional", dijo Mikati. "El Gabinete renunciará finalmente, pero por el momento debemos asumir una postura a nivel nacional y llamo a los libaneses a unirse", agregó.

Hasan había llevado adelante una investigación que terminó por implicar a Siria y a Hezbolá en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik al Hariri en 2005.

En sus declaraciones del sábado, el primer ministro no culpó directamente a Asad por el asalto del viernes.

Sin embargo, dijo que sospechaba que la explosión estaba ligada al juicio realizado en agosto contra el ex ministro Michel Samaha por un complot supuestamente destinado a incrementar la violencia en Líbano.

"Un primer ministro no se anticipa a las investigaciones, pero para ser honestos (...) No puedo separar el crimen que ocurrió ayer (viernes) del descubrimiento de la conspiración contra el Líbano en agosto", manifestó.

TENSION SECTARIA

En efecto, Hasan ayudó a desmantelar el complot que llevó hace unos meses al procesamiento y posterior condena del ex ministro Samaha, un incidente que avivó la enemistad sectaria en un país donde el equilibrio entre los grupos religiosos es frágil.

Las comunidades religiosas de Líbano están divididas entre aquellas que apoyan a Asad y las que respaldan a los rebeldes. Líbano todavía se está recuperando de la guerra civil que vivió de 1975 a 1990 y el último asesinato amenazó con provocar más inestabilidad y derramamiento de sangre.

Escuadrones de hombres armados se congregaron en la ciudad de Trípoli, de mayoría suní, y donde las facciones a favor y en contra de Asad se han enfrentado reiteradamente este año.

En Beirut, las tropas reforzaron la seguridad de los cruces de vías y edificios oficiales, pero numerosas calles, incluida la carretera que lleva al aeropuerto internacional, fueron bloqueadas por manifestantes.

Soldados y policías custodiaban esquinas en la zona de Ashrafiyeh de Beirut, el principal distrito cristiano de la capital donde estalló el coche bomba durante la hora de mayor tráfico, y la Plaza de los Mártires situada en el centro.

En las zonas musulmanes suníes de la capital, donde la mayoría se opone al régimen de Asad, vehículos con altavoces cruzaban las calles haciendo llamamientos a la renuncia del Gobierno.

Decenas de hombres armados estaban en las calles y el ambiente eran tenso, dijeron testigos.

Soldados libaneses abrieron fuego contra un grupo que tomó el control del Valle de la Becá, dejando a dos personas heridas, según testigos. También hubo manifestaciones en la ciudad de Sidon, en el sur.

(Información adicional de Laila Bassam en Beirut, Yeganeh Torbati en Dubai y Dan Williams en Jerusalén; Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Editado por Raquel Castillo)

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