BEIRUT (Reuters) - Un enorme coche bomba estalló en una calle del centro de Beirut durante la hora punta del viernes, matando al menos a ocho personas e hiriendo a unas 80, informaron testigos y responsables.
No estaba inmediatamente claro si la explosión fue dirigida contra una figura política en la dividida comunidad del Líbano, pero tuvo lugar en momentos de elevadas tensiones entre facciones libanesas en lados opuestos respecto al conflicto en Siria.
La bomba explotó en la calle donde está localizada la oficina del Partido Falange Cristiana, opositor al presidente de Siria, Bashar el Asad.
El líder de Falange Sami al-Gemayel, un acérrimo oponente del presidente sirio y miembro del parlamento, condenó el ataque.
"Que el estrado proteja a los ciudadanos. No aceptaremos ninguna dilación en este asunto, no podemos continuar así. Llevamos esperando un año. Suficiente", dijo Gemayel, cuyo hermano fue asesinado en noviembre de 2006.
El atentado tuvo lugar en un momento de gran tráfico, cuando muchos padres recogen a sus hijos de la escuela.
Ocho personas murieron y al menos 78 resultaron heridas, dijo la agencia de noticias oficial, que citaba a responsables de defensa civil.
Varios automóviles resultaron incendiados debido a la explosión y el frente de un edificio de varios pisos resultó seriamente dañado.
Residentes corrían presas del pánico, buscando a sus parientes, mientras otros ayudaban a desplazar a los heridos hasta las ambulancias.
La guerra en la vecina Siria, donde han muerto 30.000 personas hasta ahora, ha enfrentado sobre todo a insurgentes suníes contra el presidente Bashar el Asad, que pertenece a la secta alauí vinculada al islam chií.
Las tensiones entre suníes y chiíes habían menguado en Líbano desde el fin de la guerra civil de 1975 a 1990, pero se reanudaron tras la erupción del conflicto en Siria.
La situación alcanzó su punto más álgido cuando el ex primer ministro Rafik al-Hariri, un suní, fue asesinado en 2005. Partidarios de Hariri acusaron a Siria y luego al grupo Hezbolá de haberlo matado, un cargo que ambos niegan.
Un tribunal internacional acusó a varios miembros de Hezbolá de estar implicados en el asesinato.
Los opositores políticos a Hezbolá, que han acusado durante meses a la agrupación de ayudar a las fuerzas de Asad, han advertido que su implicación en Siria podría encender tensiones sectarias en la guerra civil de ese país.
El último ataque con bomba en Beirut fue en 2008, cuando tres personas resultaron muertas en una explosión que dañó un automóvil diplomático estadounidense.
Sin embargo, se desataron los enfrentamientos este año entre partidarios y opositores de Asad en la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano.
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