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ONU: Liberia, sin voluntad para frenar el comercio de diamantes

NACIONES UNIDAS (Reuters) - Liberia está mostrando un compromiso limitado con los esfuerzos para poner fin al comercio de los conocidos como diamantes de sangre que ha alimentado conflictos en África, dijo en un informe el martes el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki- moon.

El informe enviado al Consejo de Seguridad de la ONU dijo que la capacidad de Liberia para controlar las minas de diamantes y el Comercio (ICOMERC.MC)- una parte vital del Proceso Kimberly acordado en 2003 para regular los 30.000 millones de dólares (unos 23.326 millones de euros) de la industria de los diamantes - fue débil.

Agregó que el grupo de trabajo sobre los diamantes puesto en marcha por la presidencia de Liberia no se había reunido en un año, mientras que su comité técnico se reunió en julio por primera vez en siete meses.

"El compromiso limitado para cumplir con las normas mínimas del Sistema de Certificación del Proceso Kimberley para los Diamantes en Bruto sigue siendo evidente", dijo el informe.

Añadió que la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos había señalado que dejaría de financiar un programa para ayudar al gobierno liberiano a mejorar su cumplimiento del Proceso Kimberley, en parte debido a la falta de compromiso por parte de Liberia.

El Proceso Kimberley es un programa liderado por el gobierno destinado a frenar el comercio de diamantes que ha avivado varios conflictos, incluyendo la sangrienta guerra civil que sacudió a Liberia entre 1989 y 2003.

Sin embargo, los países productores de diamantes han sido acusados de mostrar un escaso interés en las reformas y el grupo Global Witness se retiró como observador oficial del proceso en diciembre después de considerar el esquema como un fracaso obsoleto.

El ex presidente de Liberia Charles Taylor fue encarcelado en mayo tras ser condenado a 50 años de prisión por colaborar con los rebeldes de Sierra Leona en asesinatos, violaciones y mutilaciones en este país vecino de Liberia en el África Occidental, beneficiándose del comercio de los diamantes de sangre.

La tala de árboles también ha sido una cuestión polémica en Liberia desde la guerra civil, cuando los rebeldes utilizaron productos relacionados con la madera para la compra de armas, provocando una prohibición de Naciones Unidas. Dicha prohibición se levantó después de que los socios extranjeros de Liberia, especialmente Estados Unidos y el Banco Mundial, le ayudaran a reformar sus leyes forestales.

La ONU dijo que el sector forestal de Liberia sigue enfrentándose a grandes desafíos. "Los operadores comerciales han pagado hasta la fecha una cifra estimada de 1.900 millones de dólares frente a los 25.600 millones debidos al gobierno", dijo el informe.

Global Witness dijo a principios de este mes que el departamento forestal de Liberia había dado más de un cuarto de la superficie del país a empresas de tala de árboles durante los dos últimos años en un frenesí de negocios turbios.

La presidenta Ellen Johnson Sirleaf, defendiéndose de las acusaciones de corrupción y nepotismo dentro de su gobierno, ha suspendido al jefe de la Dirección de Desarrollo Forestal y puso en marcha una investigación sobre las mejores ofertas en medio de los temores de fraude generalizado y mala gestión.

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