
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, busca sentar las bases de una nueva política exterior más "equilibrada e independiente" de sus aliados tradicionales, Estados Unidos y Arabia Saudí. Por ello, su primer viaje fuera de Oriente Medio fue a China. A su regreso, pasó unas horas en Teherán para participar en la Cumbre de Países No Alineados. Es otra señal de la nueva independencia con la que se distancia de décadas de seguidismo de las políticas de Washington.
Para reforzar los lazos económicos con China, Mursi fue acompañado de siete ministros y una delegación de más de 80 empresarios. El presidente busca diversificar las inversiones que recibe Egipto, cuya economía se encuentra lastrada por el déficit presupuestario y la carencia de divisas generada por el descenso del turismo.
Las autoridades chinas recibieron al "nuevo amigo", que busca aumentar las inversiones chinas en Egipto desde los 500 millones actuales hasta 3.000 millones de dólares. Mursi quiere estrechar los "estratégicos" lazos en economía y comercio, inversiones, aviación y turismo.
Tras reunirse con el presidente de China, Hu Jintao, el primer ministro, Wen Jiabao, y el vicepresidente, Xi Jinping, Pekín concederá un préstamo de 200 millones de dólares en créditos al Banco Nacional de Egipto. Se firmaron varios acuerdos en materia de agricultura, telecomunicaciones y medio ambiente. Asimismo, el Gobierno chino donará 300 coches de policía a Egipto.
En palabras de Xi -considerado el hombre llamado a sustituir a Hu al frente de China-, la visita "aumentará el entendimiento y la confianza mutua". El vicepresidente chino propuso una expansión de la colaboración en áreas como la cultura, la educación, la ciencia y la tecnología y la agricultura. Agregó que ambas naciones son países en desarrollo, con las metas comunes de mantener la soberanía del Estado y la estabilidad social, y comparten los intereses de promover la paz y la estabilidad en la región y en todo el mundo.
Grupo mediador en Siria
Se trató también de la crisis de Siria. Tanto China como Egipto se oponen a una intervención militar, y Mursi busca apoyos para su propuesta de crear un grupo de contacto de cuatro países (Egipto, Irán, Turquía y Arabia Saudí) que medie en la crisis. Con su propuesta, Mursi busca devolver a Egipto el papel de mediador en la región, ya que ninguna solución se logrará sin estos protagonistas.
China se encuentra en una situación más delicada que Rusia, y ha de sopesar su postura respecto a Siria e Irán. Mientras Rusia es exportador de petróleo, China es importador: compra a Irán, pero igualmente a Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo Pérsico. Mursi simbolizaba cambios que no eran del gusto de Pekín. China contempló en 2011 con gran suspicacia la Primavera Árabe.
El presidente chino asegura ahora "entender y respetar" la voluntad del pueblo egipcio, y le ofrece su apoyo para elegir el sistema político adecuado. Se imponen los intereses geopolíticos y China gana cierto margen de maniobra en Oriente Próximo.
Un aliciente añadido: las perspectivas de crecimiento del comercio bilateral sino-egipcio que se situaron en 8.800 millones de dólares el año pasado.
Egipto tiene más de 35.000 millones de dólares de deuda. Considerando que la mayor parte es por culpa del ilegítimo y corrupto régimen anterior, obligar -sin ayudas- al pueblo egipcio a pagar esta deuda es un castigo excesivo. El país necesita apoyo internacional para crecer, por lo que necesita hacer más manejables estos compromisos ya insostenibles.
Los gobiernos de Qatar y Arabia Saudí ya acudieron en auxilio de las arcas egipcias, ofreciendo 2.000 millones de dólares cada uno. En agosto, Mursi también requirió un préstamo de 4.800 millones de dólares al FMI, que EEUU respalda.
Los empresarios, en EEUU
Por su parte, una nutrida delegación empresarial norteamericana se encuentra en Egipto hasta mañana, mientras negociadores de Washington ofrecen reducir la deuda en un tercio. La visita del grupo de empresarios incluye a 100 ejecutivos de 50 empresas estadounidenses y está encabezada por varios funcionarios gubernamentales.
Un alivio de la deuda honraría el compromiso asumido en 2011 por el presidente de EEUU, Barack Obama, de revisar los montos que debía Egipto, plan reiterado por Hillary Clinton, en su visita de julio.
El 23 de septiembre, Mursi viajará a EEUU para asistir a las reuniones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Aún no se ha confirmado si se reunirá con su homólogo Obama.