MARIKANA, Sudáfrica (Reuters) - La muerte a manos de la policía de más de 30 mineros en huelga en la operación de seguridad más sangrienta desde que concluyó el apartheid sacudió hasta la médula a la psique de Sudáfrica el viernes, con la opinión pública y los medios locales cuestionando la acción policial.
Diarios con títulares como "Baño de Sangre", "Campo de Muerte" y "Matanza en Mina", con fotografías gráficas de agentes de policía fuertemente armados caminando junto a cuerpos ensangrentados de hombre negros tendido en el suelo.
Las imágenes, junto con grabaciones de Reuters televisión que mostraban agentes disparando con armas automáticas contra un grupo de hombres, reavivó memorias incómodas del pasado racista de Sudáfrica.
Tras 12 horas de silencio oficial, el ministro de policía Nathi Mthethwa confirmó que al menos 30 hombres murieron cuando la policía trató de desalojar a 3.000 operadores de perforación armados con machetes y palos desde un afloramiento rocoso en la mina, ubicada a 100 kilómetros al noroeste de Johannesburgo.
"Un montón de personas resultaron heridas y la cantidad sigue aumentando", dijo en una entrevista en Talk Radio 702.
Una persona que llamó a una estación de radio comparó al incidente, ocurrido en la planta de platino Marikana de Lonmin, con la matanza en 1960 de Sharpeville cerca de Johannesburgo, donde la policía abrió fuego contra una multitud de manifestantes negros, dejando más de 50 muertos.
En una editorial de primera página, el periódico Sowetan preguntó si algo había cambiado desde 1994, cuando Nelson Mandela dejó atrás tres siglos de dominación blanca para convertirse en el primer presidente negro de la mayor economía del continente.
"Ha ocurrido antes en este país donde el régimen del apartheid trató a la gente negra como objetos" dijo el diario, nombrado en homenaje al mayor municipio negro de Sudáfrica, sostuvo. "Ahora está continuando bajo una forma distinta", agregó.
/Por Jon Herskovitz/