El presidente de Turquía, Abdulá Gul, ha declarado este sábado que el avión de combate turco Phantom F4 derribado ayer por el Ejército sirio estaba realizando un recorrido rutinario, y advirtió de que es imposible ignorar el incidente. "Lo que tenga que hacerse, se hará", declaró en un discurso emitido por la televisión oficial.
El Ejército sirio ha reconocido que derribó el avión, sin conocer su procedencia, por violar su espacio aéreo. Volaba a una "altitud muy baja y a una elevada velocidad sobre las aguas territoriales, por lo que las defensas antiaéreas sirias contraatacaron con artillería antiaérea, alcanzándolo de forma directa cuando se encontraba a un kilómetro de tierra".
El aparato se estrelló a unos diez kilómetros de la provincia de Latakia, en el oeste de Siria. El portavoz sirio aduce que esta acción se ha ejecutado "en consonancia con las leyes que conciernen a dichos casos" y que, en una primera instancia, no sabían que ese "objetivo aéreo no identificado" resultaría ser un avión militar turco.
Siria derriba un caza turco