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El euro aguanta los golpes como lo hacía el marco en su época

  • Una moneda fuerte, sin embargo, no beneficia a la castigada periferia

El euro se ha visto poco afectado hasta ahora por las nuevas tensiones en la zona euro y se ha beneficiado de la bajada del dólar antes de la reunión de la Reserva Federal. Como el marco alemán en su momento, demuestra una estabilidad y resistencia casi a prueba de bomba.

¿Está el euro en vías de germanización? Su resistencia, de la que ha vuelto a hacer gala en los últimos días durante las nuevas tensiones en la zona euro, demuestra una similitud con uno de sus ancestros, el marco alemán. Pero la comparación no gusta a los países periféricos de la zona euro, que necesitan una moneda mucho más débil y condiciones monetarias más acomodaticias.

El relativo vigor de la moneda única se ha alimentado de la debilidad del billete verde antes de la reunión del Fed. La caída (mucho más fuerte de lo previsto) de los pedidos de bienes duraderos en marzo al otro lado del Atlántico había animado los pronósticos de un gesto del Fed en esa dirección. Aunque los mercados parecían haber dicho adiós a un programa de flexibilidad cuantitativa, una iniciativa que provoca la bajada del billete verde, esperaban al comunicado del Fed para confirmar sus expectativas.

Como único cambio respecto al comunicado de la reunión del 13 de marzo, las autoridades monetarias esperan "una recuperación gradual" con varios trimestres de crecimiento "moderado". Un optimismo teñido de prudencia por los "riesgos significativos de las perspectivas económicas a raíz de las tensiones en el mercado" y que no consigue devolver del todo la serenidad al dólar.

Hay que reforzar el euro

Por otro lado, la moneda única, endurecida tras dos años de crisis, ya ha demostrado, como ocurrió durante la tormenta del verano de 2011, que es el último dique que cede cuando la zona euro hace aguas. Entonces no se replegó hasta septiembre, tras un mes de debacle bursátil y aumento de las permutas de cobertura por impago de deuda de los estados. Su bajada se contuvo por la repatriación o cesión por los bancos europeos de sus activos en divisas extranjeras y conversión a euros con el fin de restaurar sus balances. Los bancos centrales contribuyeron comprando euros y vendiendo dólares para diversificar sus reservas.

En el frente estrictamente político, el pacto de estabilidad y crecimiento que debía garantizar la disciplina fiscal y económica entre los estados miembros ha resultado ser demasiado débil. La actual crisis nos lo ha demostrado. Pero la solución no es eliminar el euro, sino reforzarlo. A este fin, la Comisión ha aprobado un paquete de medidas que persigue la prevención de insostenibilidad de las finanzas públicas, con un control presupuestario reforzado, la corrección de exceso de las finanzas públicas para evitar déficits y deudas excesivas, la identificación de los desequilibrios macroeconómicos y un sistema para detectar nuevas crisis antes de que se produzcan.

Bancos centrales

Hoy, la buena resistencia del euro "no tiene nada que ver con un supuesto movimiento de diversificación de las reservas de cambio a su favor", explica Hans Redeker de Morgan Stanley. "Incluso si las obligaciones de estado de los países más seguros de la zona euro ofrecen liquidez y seguridad, su rendimiento ha vuelto a bajar por debajo del T-bono americano, lo que no incita nada a los gestores de reservas de cambio a posicionarse sobre el euro".

Tres cuartas partes de los cincuenta bancos centrales preguntados a principios de año declararon que la crisis de la zona euro había afectado a su estrategia de colocación en 2011. En proporción, fueron cuatro veces más propensos (el 29% frente al 8%) a reducir su exposición al euro que a aumentarla en los doce últimos meses. "En nuestra opinión, el euro se ha beneficiado este año del apoyo indirecto de los fondos monetarios americanos, que han vuelto a comprar títulos bancarios europeos", opina Redeker. "La evolución de la moneda única dependerá, pues, del riesgo de liquidez en la zona euro".

El año pasado, muchos participantes perdieron dinero con el euro/dólar, sobre todo a través de estrategias opcionales. Anticiparon demasiado pronto su declive, pero no vieron venir la caída brutal a principios de septiembre ni su bajada a principios de 2012. Y eso alivia un poco el entusiasmo de la comunidad de especuladores.

Siguen apostando, sin duda, por la bajada del euro/dólar pero a un nivel mucho menor que durante las anteriores sacudidas. Es el caso de los fondos de cobertura, que siguen siendo negativos sobre la evolución de la moneda única, con una fuerte convicción sobre todo desde el reinicio de las tensiones en España, aunque movilizan menos capital. En el primer trimestre, las operaciones diarias sobre los cambios EBS (grupo Icap), una de las principales para el euro/dólar, se establecieron en 122.000 millones de dólares, con un repliegue del 19% frente al primer trimestre de 2011 y 21% respecto a los tres primeros meses de 2010.

© Les Echos

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