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El camino de la radicalización desde Toulouse a Kandahar

TOULOUSE, Francia (Reuters) - Mohamed Merah, el francés sospechoso de haber matado a cuatro judíos - tres de ellos niños - y a tres soldados musulmanes en el suroeste de Francia, recorrió el camino a la radicalización desde una infancia como pequeño delincuente en Toulouse a Kandahar, en Afganistán.

Merah, de 24 años y que el miércoles permanecía rodeado en un apartamento de la ciudad del suroeste de Francia por comandos de la unidad de élite de la policía, afirmó pertenecer a Al Qaeda y dijo querer vengar la muerte de niños palestinos, dijo el ministro francés del Interior, Claude Guéant.

El sospechoso, un ciudadano francés de origen argelino, llevaba años vigilado por los servicios secretos, tras ser identificado en Afganistán. Pero en Francia llevaba una vida normal de fútbol y salidas nocturnas, trabajaba en un taller automovilístico, le encantaban las motos y no había dado ninguna señal de extremismo, según amigos y vecinos, que no tenían ni idea de que hubiera estado en Afganistán.

Sumaba 15 condenas de tribunales juveniles, en su mayor parte por robo y algunas con violencia, y había cumplido breves periodos en prisión, pero Guéant contó a los periodistas que "no había pruebas de que estuviera planeando acciones criminales".

Mientras los psicólogos de la policía trataban de convencerle para que se entregara pacíficamente, Merah dio la misma impresión de determinación tranquila y autocontrol que el hombre armado y montado en una moto registrado el lunes por las cámaras de seguridad en la escuela judía Ozer Hatorah de Toulouse.

"A los negociadores del RAID les ha explicado mucho sobre su recorrido", contó el ministro.

El momento exacto en el que Merah pasó de la pequeña delincuencia al radicalismo islámico no está claro.

"Su radicalización se produjo en un grupo ideológico salafista y parece haberse sustentado en dos viajes que hizo a Afganistán y Pakistán", añadió Guéant.

CONEXIÓN AFGANA

Durante el primero de esos viajes, Merah fue detenido al azar en un control policial en Kandahar y entregado al Ejército estadounidense, que lo puso en un vuelo de vuelta a Francia, según François Molins, el fiscal a cargo del caso.

Una fuente francesa de seguridad dijo que eso tuvo lugar en 2010, después de que Merah pasara alrededor de un año en la región Afganistán-Pakistán. El hombre armado dijo que recibió entrenamiento militar con Al Qaeda en la provincia paquistaní de Waziristán, contó Molins a la prensa.

Responsables estadounidenses no quisieron hacer declaraciones sobre su posible intervención en el caso, pero dijeron que no creían que perteneciera a lo que queda del núcleo de Al Qaeda, la organización creada por el fallecido Osama bin Laden y que ahora encabeza Ayman al Zawahiri. En cambio, creen que probablemente sea un lobo solitario o casi solitario, con al máximo un puñado de colaboradores, entre los que podría estar su hermano.

Molins dijo que el hermano mayor de Merah, Abdelkader, de 29 años, que está siendo interrogado por la policía, era conocido por los servicios secretos por haber ayudado a introducir ilegalmente combatientes yihadistas en Irak en 2007. La policía halló unos explosivos en un vehículo de su propiedad, agregó el fiscal.

Molins dijo que Mohamed Merah llegó a Afganistán sin utilizar redes de ayudantes vigiladas por los servicios secretos occidentales. Su segunda estancia en aquel país, en 2011, tuvo que ser acortada después de contraer la hepatitis A, y volvió a Francia a mediados de octubre, contó.

¿ENTRENAMIENTO CON LOS TALIBANES?

El diario Le Monde publicó que Merah entrenó con combatientes talibanes paquistaníes en la zona tribal fronteriza antes de ser enviado al suroeste de Afganistán para combatir contra las tropas de la OTAN que apoyan al Gobierno de Kabul.

Los soldados franceses forman parte de la misión de la Alianza Atlántica, lo que podría explicar por qué las primeras víctimas fueron paracaidistas en activo, asesinados en Toulouse el 11 de marzo y en Montauban el 15 de marzo.

Fuentes de los servicios secretos franceses dicen que se cree que unos 30 franceses entrenados por los talibanes habrían participado en ataques contra tropas occidentales en Afganistán.

La madre de Merah, su hermano y dos hermanas fueron detenidos el martes y los negociadores pidieron su ayuda para intentar convencerle de que se entregue.

"Su madre dijo que no quería hablar con él, porque no creía que pudiera convencerle y porque él se permanecería sordo ante sus peticiones", dijo Guéant.

Su perfil es típico de cientos de inmigrantes franceses del norte de África de segunda o incluso tercera generación que han ido a Afganistán o Pakistán en los últimos 20 años atraído por los grupos islamistas, según responsables de seguridad. Muchos se radicalizaron por el conflicto palestino-israelí, que desató una oleada de ataques contra objetivos judíos en Francia a principios de la década de 2000.

El número de ataques antisemitas cayó el año pasado, según los datos de la comunidad judía. La policía francesa dice haber arrestado a 914 supuestos islamistas desde los atentados del 11-S, encarcelado a 224 y haber evitado varios atentados.

Tras volver a Toulouse, Merah llevó una vida normal. Hace unos meses perdió su empleo y pasaba mucho tiempo solo en casa, viendo vídeos en Internet, algunos de ellos duras imágenes de decapitaciones de rehenes por parte de grupos islamistas, según el fiscal.

"No creo que sea más religioso que yo. Creo simplemente que se le ha ido la cabeza", dijo un amigo suyo de origen francés y dio su seudónimo como Danny Dem.

/Por John Irish/

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