
El dirigente empresarial José Luis Feito, en unas muy comentadas declaraciones, proponía a los españoles seguir el ejemplo de las sociedades nórdicas y ser más flexibles a la hora de aceptar un trabajo, aunque fuese en Laponia. Pero ni siquiera en los países nórdicos aceptarían un trabajo en el otro extremo de Europa.
En los países nórdicos, también en la región de Laponia, existe el concepto de lo que es un "empleo razonable" y está regulada la obligación de un parado de incorporarse a la vida laboral, a pesar de que el líder empresarial José Luis Feito atribuya el paro a un problema del inmovilismo español.
Según publica el diario ABC, en Finlandia, un desempleado tendrá que aceptar un empleo siempre y cuando esté dentro de 80 kilómetros de perímetro con respecto a su domicilio. El subsidio por desempleo en este país, además, se prolonga durante 500 días habitualmente.
En Finlandia también se tienen en cuenta otros factores que limitan la aceptación de una oferta, como el derecho a recibir formación, el tener familiares dependientes o el respeto al arraigo familiar.
Otra de las opciones que se barajan en este país para evitar los despidos son las suspensiones temporales de trabajadores, que implica el cobro por parte de estos de un 75% de sus salarios.
Motivos válidos para rechazar un empleo
En Suecia también se contemplan motivos válidos para no aceptar un trabajo, como que esté relacionado con la capacitación y experiencia del demandante, la distancia o que la cuantía del salario sea menor a la prestación por desempleo.
Noruega sería el país con mayor rigidez: por ley, un desempleado está obligado a aceptar cualquier trabajo, pero en la práctica también se tienen en cuenta causas razonables que limiten aceptar algunas ofertas.
¿Y si nos vamos?
Y de todos modos, si seguimos la sugerencia de Feito y nos vamos a trabajar a Laponia, también tendremos que tener en cuenta que no es oro todo lo que reluce. Distintos medios de comunicación han dado ya la voz de alerta sobre la migración de españoles sin cualificaciones ni conocimiento de idiomas a algunos países nórdicos, donde se encuentran sin ayudas y sin trabajo a los días de llegar.
Muchos lo han atribuido al efecto de programas del estilo 'Españoles por el mundo', que ofrecen una imagen paradisíaca y en ocasiones poco real de la vida en Escandinavia.