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El Supremo israelí ratifica el compromiso en el escándalo de Katzav

El Tribunal Supremo de Israel ha ratificado este martes un polémico compromiso establecido por la fiscalía que permitió al ex presidente Moshe Katzav no ser inculpado de violación y escapar a una pena de prisión, ante la indignación de las organizaciones feministas.

Los magistrados autorizaron dicho compromiso por tres votos contra dos, incluyendo el de la presidenta del Supremo, Dorit Beinish, a pesar de las protestas de las demandantes, según una fuente judicial.

Según el compromiso concluido con la fiscalía, Katzav reconoció su responsabilidad por "acoso sexual", "actos indecentes" y "soborno de testigo" respecto a dos querellantes de la época en que ocupaba un cargo ministerial antes de ser nombrado presidente, en 2000.

El procurador general, Menahem Mazuz, renunció en cambio a acusarlo de violación, teniendo en cuenta las dificultades para probarlo y los plazos de prescripción. De esta forma, escapa a la prisión y corre únicamente peligro de ser condenado a una pena de detención en suspenso y al pago de indemnizaciones.

Como ex presidente, Moshe Katzav, de 62 años, tiene derecho en principio a una cómoda pensión, una oficina, dos secretarias, un automóvil y un chofer, así como a un apartamento y al pago de sus comunicaciones telefónicas. Pero podría perder estos beneficios si la justicia, ante la cual todavía debe comparecer, reconoce que el ex presidente cometió un 'crimen infamante'.

La instancia judicial suprema de Israel había recibido seis apelaciones contra este compromiso decidido por Mazuz, quien también es consejero jurídico del gobierno.

La diputada de la oposición Zehava Galon acusó al sistema judicial de "preferir el honor del ex presidente al honor violado de sus víctimas".

Katzav es el primer jefe del Estado israelí acusado en un escándalo sexual y el segundo que se vio obligado a renunciar al cargo de presidente, fundamentalmente honorífico.

Diecisiete organizaciones feministas denunciaron en un comunicado la decisión del Tribunal Supremo, considerando que la consecuencia de la misma era "abandonar a su destino a todas las víctimas de agresiones sexuales".

La diputada de la oposición de derecha Limor Livnat también criticó la decisión del Tribunal Supremo, considerando que la misma "constituye un paso atrás" para las mujeres en la lucha contra las agresiones sexuales.

Seis individuos y organizaciones habían pedido al Supremo que rechazara este acuerdo y ordenase al fiscal Menahem Mazuz adoptar el borrador de la inculpación original. Entre ellos se encontraba una de las presuntas víctimas de violación, la Querellante A, quien denunció lo que llamó un acuerdo amoral contrario al interés público.

Columnistas, analistas legales y de la vida política, así como políticos, también criticaron a Mazuz por abandonar los múltiples cargos de violación después de haber declarado que tenía intenciones de inculpar a Katzav por violación.

Katzav tuvo que dimitir en junio debido a este escándalo sexual. Fue sucedido por el actual presidente, Shimon Peres, de 84 años, Premio Nobel de la Paz, al cual había derrotado en una votación parlamentaria por este puesto en 2000.

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