
Mario Draghi ha sido pillado in fraganti por la revista Oggi hablando por el móvil y sin cinturón de seguridad conduciendo su vehículo personal por las calles de Roma.
El guardián de la ortodoxia financiera y monetaria en Europa se podría enfrentar, según recogen los medios italianos, a una multa de hasta 612 euros y perder 10 puntos de su carnet de conducir tan solo por hablar por telefóno móvil.
Sorprende asimismo que el coche con el que circula Draghi es un urbano, el Toyota Yaris, lejos de los grandes coches oficiales que se mueven alrededor del BCE y de los Maseratis que compró Silvio Berlusconi antes de dejar el poder.