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El caso cubano ya deviene cansino

Las Damas de Blanco. Foto: Archivo

El pasado 9 de diciembre varios grupos de cubanos encabezados por el líder de 'Democracia' Ramón Saúl Sánchez llevaron a 12 millas y media de Cuba unas flotas a las que llamaron Luces de Democracia.

En medio del mar lanzaron fuegos artificiales. La idea puede parecer en un primer momento hermosa, aunque lo cierto es que no tiene ningún sentido práctico que conduzca a la libertad de Cuba, a la democracia, y a la salida inmediata de los dictadores del poder.

En un principio irían 16 lanchas, tal como anunció en una conferencia colgada en YouTube el señor Sánchez. Finalmente se consiguieron reunir solamente cuatro lanchas, porque el resto de las embarcaciones que las escoltaron formaban parte del arsenal naval estadounidense que llevaba como tarea cuidar que de que no ocurriera ningún desliz entre los Estados Unidos y Cuba.

Todo esto ocurría mientras en Oriente una mujer está en la cárcel detenida en huelga de hambre después de haber manifestado en el Parque de la Fraternidad.

Las fuerzas opositoras orientales los golpeaban y detenían mientras sitiaron a las Damas de Blanco, las reprimieron durante dos días consecutivos, y fueron apresadas en un bus. Inclusive fuera de Cuba también otros opositores luchaban, a brazo partido, precisamente el día de los Derechos Humanos, por la libertad y la democracia, como pudimos apreciar en Rusia, en Siria, y en otros lugares del mundo. La oposición en Cuba existe realmente, y se trata de gente que va en busca de la luz de la libertad.

Curiosamente el evento de Luces de Democracia fue ampliamente divulgado en Twitter por los blogueros más célebres de Cuba, mientras que los otros sucesos fueron olvidados, no solo por esos blogueros, sino además por las televisiones de Miami.

No me atrevo ni a preguntar cuánto costó hacer todas esas murumacas porque de seguro me comerán viva, pero deberían sacar a la luz los gastos de semejante empresa, no sea más para que por una vez seamos respetados. Y para desmentir la astronómica suma de 12 millones de dólares que circula por ahí en rumores.

Doce millones de dólares, reunidos y dilapiados en tan pocos días. Con doce millones de dólares casi se puede comprar la isla. Pero además, con doce millones de dólares se mata el hambre a muchos cubanos, se les mejoran las condiciones de vida para que puedan seguir luchando por Cuba, se les ayuda en el exilio. ¿Cuántas revistas, películas, publicaciones del exilio se pueden hacer con esa cantidad de dinero? Incalculable el número. Ahora, pida usted dinero para una revista, para un disco, para una película, que no sólo devorarán en picadillo, además le llamarán de todo, con los insultos y las calumnias más asquerosas que podamos imaginar. Y cuando se pide explicaciones por esto, entonces es peor, entonces le quieren quitar a uno hasta la nacionalidad cubana.

Da vergüenza, es lo poco que tengo que decir, seguir en esto. Da tanta vergüenza que el único recurso que me queda es tratar de que no me mezclen con todo eso, siendo cubana, y defenderme de la parte que me corresponde en el potaje apestoso.

¡Allá ellos que son blancos! Ahora eso sí, el tema no es Cuba, el tema es el ego de cada uno de ellos, del tamaño de La Raspadura en la plaza de la roboloción.

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