
El líder libio, Muamar Gadafi, mandó un comunicado al Gobierno británico en el que ofrecía la creación de un puesto meramente representativo del país, al estilo de la monarquía de Isabel II, con el fin de alejarse del Gobierno directo de Libia sin necesidad de dejar el poder.
Según un artículo del The Guardian, Gadafi remitió una carta al Gobierno de David Cameron el pasado mes de mayo, en la que ofrecía quedarse al frente de Libia como cargo de representación.
Entre las propuestas emitidas por el gabinete de Gadafi éste establecía que su figura sería como la de "la Reina de Inglaterra. Estaban dispuestos a aceptar incluso que fuera solo un cargo meramente representativo, un presidente sin poderes. Pero los rebeldes no estaban por la labor", explica un miembro del Ejecutivo de Cameron al diario británico.
Este anuncio se produjo justo en uno de los momentos de mayor actividad de las tropas extranjeras durante su intervención en el conflicto, una misión en la que el propio Cameron decidió meterse por compromiso propio, según recoge ABC.
Su objetivo era evitar los problemas surgidos en Bosnia en 1995, ya que los países europeos decidieron no involucrarse en un conflicto que desembocó en la matanza de Srebrenica. Una de las primeras acciones llevadas a cabo por el primer Ministro Británico fue precisamente su apoyo a las tropas rebeldes en la toma de Bengazi, en la que colaboraron también las fuerzas francesas.
Las acciones de Cameron fueron meditadas y valoradas por múltiples expertos a los que pidió diversos informes acerca de la estabilidad futura de Libia tras el conflicto, sobre todo debido a los problemas que surgieron en Irak.